La Gran Diferencia

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Lo que las chicas deben saber acerca de los chicos (y viceversa)

Diego Baarsen

En mi juventud, en determinada época, leí varios libros sobre la sexualidad. Me llamaba la atención que todos esos libros hacían énfasis en la gran diferencia que existe entre chicos y chicas. No solamente física, sino ante todo, emocional. Las reacciones de las chicas son totalmente diferentes de las de los chicos. Con el correr de los años me di cuenta de lo importante que es saber esto y tenerlo en cuenta.

Sin embargo, en las clases de orientación sexual en las escuelas y colegios secundarios, muchas veces no se habla de estas diferencias emocionales e incluso hay quien niega su existencia.

Lamentablemente es así

Esta verdad se confirmó con más claridad cuando hicimos leer una versión anterior de “La Gran Diferencia” a un grupo de 35 estudiantes con los cuales pasamos una semana de vacaciones. Cayó como una bomba. Nunca habían escuchado nada parecido. Al principio no lo querían creer. Las chicas no podían imaginarse que los chicos fueran tal cual se los describía, y los chicos no podían creer lo que leían acerca de las chicas.

Una noche se reunió todo el grupo para hablar sobre el tema. Había un ambiente abierto como pocas veces lo hemos conocido. Los chicos hacían preguntas a las chicas y viceversa. Se mostró que la ignorancia frente al otro sexo, lamentablemente, es un hecho muy común. Escuchamos las tristes historias de algunas chicas que ya habían tenido varias experiencias negativas, y las confesiones sinceras de algunos chicos que tuvieron que admitir que no habían tenido ni la menor idea de las consecuencias emocionales que sus comportamientos habían provocado en las chicas.

Ignorancia

Esta ignorancia causa mucho daño, ante todo en el área de la sexualidad. Existen muchas diferencias entre los chicos y las chicas, y conviene tenerlas muy bien en cuenta. Muchas veces se escucha decir que estas diferencias son únicamente el producto de la educación. Sin embargo, hay algunas diferencias importantes que no se reciben por medio de la educación, sino que simplemente existen por naturaleza.

La primera diferencia

Cuando un chico entra en la pubertad y comienza a convertirse en un adulto, inevitablemente llega a darse cuenta de sentimientos sexuales que acompañan este proceso. No es para él una experiencia desagradable, por ejemplo, cuando, durante el sueño, su cuerpo elimina la sobreproducción de semen. Es algo normal, y no le cuesta nada. En realidad todo ese mundo de experiencia sexual se le abre sin que él tenga que hacer nada.

Con las chicas es diferente. Ellas no experimentan nada similar. Cuando llega el primer período de menstruación, no les causa ninguna emoción sexual. Es un suceso más o menos desagradable, nada más. El resto de su sexualidad no se activa. Está presente, pero duerme. Incluso el lugarcito más sensible que ella tiene queda oculto, inadvertido, hasta que sea despertada sexualmente. Y eso generalmente no sucede espontáneamente en la vida de una chica. Tiene su causa en la segunda diferencia.

La segunda diferencia

La segunda gran diferencia es que el joven reacciona enormemente ante la belleza femenina que ve. No solamente sus emociones, sino también su cuerpo manifiesta fuertes reacciones. A las chicas les cuesta comprender esto. No se pueden imaginar que un chico pierda la cabeza al mirar fotos o dibujos de mujeres desnudas. Pero, sí, provoca inmediatamente fuertes consecuencias físicas en cada joven normal.

Las chicas, sin embargo, responden mucho más al contacto físico, como abrazos, caricias y besos, debido a que la piel de la chica es, en muchos lugares del cuerpo, mucho más sensible que la del chico. Cuando experimenta por primera vez el contacto físico, se despiertan sentimientos y deseos sexuales que no conocía antes. Entonces se le abre un nuevo mundo con nuevas experiencias. Esto es, por así decirlo, el comienzo de su trayecto sexual. En general, este despertar no tiene el mismo ímpetu como en el caso del chico. Es más bien un proceso.

Bella durmiente

Por estas dos diferencias, la sexualidad es para los chicos una realidad que experimentan ya desde el comienzo de la pubertad, mientras que para las chicas permanece siendo un libro cerrado hasta el momento de un primer contacto físico. El cuento de la Bella Durmiente se basa en este hecho: ella llega a despertar por el beso de amor del príncipe de sus sueños.

A pesar de eso, puede ocurrir, y con cierta frecuencia ocurre, que la chica, mucho antes de su pubertad, haya conocido los sentimientos sexuales. Pero esto suele ser por alguna influencia exterior, nunca espontáneamente desde adentro. Lo mismo, claro, puede ocurrir con los chicos.

Una encuesta reveladora

A un profesor holandés de biología le costaba creer todo esto. Se lo contó uno de sus alumnos al terminar la presentación de una terrible película sobre la prevención del SIDA. Hizo una encuesta anónima en la clase. Fue reveladora. Los doce chicos de alrededor de 17 años tenían experiencias con pornografía y practicaban la masturbación; tres de ellos tenían una novia con la cual también se acostaban.

Pero de las nueve chicas de la clase, sólo una practicaba la masturbación, y una se acostaba con su novio. El resto de las chicas no tenía ninguna experiencia sexual. ¡Y cada una pensaba que era la única! Es cierto que pudo ser una clase fuera de lo común. Pero nos deja pensando…

Manos de terciopelo

¿Cuáles pueden ser las consecuencias?

En uno de nuestros campamentos de jóvenes participó un chico que tenía “manos de terciopelo”. Sentía un fuerte afán por conquistar a las chicas y hacerse popular entre ellas. ¡Y sabía cómo ganárselas! Para ello sus manos estaban siempre ‘dispuestas’. Se las ingeniaba para usarlas de manera agradable. Le gustaba masajear las espaldas doloridas y aplicarles crema solar. Era muy atento y al hacer, por ejemplo, una observación personal o una pregunta, ponía muy natural y amistosamente un brazo sobre los hombros de la chica. A la mayoría de las chicas esto les encantaba. Tratamos de advertirlas de forma discreta, pero nada, no había manera. Para ellas era todo un héroe y le adoraban.

No es algo neutral

Darse la mano durante el paseo nocturno en el campamento de jóvenes es para el chico nada más que una pequeña aventura, ya sea para satisfacer su curiosidad o para poder presumir delante de los otros de que anduvo de la mano con una chica.

Pero andar de la mano no siempre es algo neutral. Cuando un padre le da la mano a su pequeño hijo en el paseo, esto expresa algo: amor, protección. Y es de esa forma como lo experimenta ella. Todavía no es parte del verdadero trayecto sexual, pero, sí, significa algo, porque no es algo que se hace de forma casual. Ella lo experimenta como una sorpresa. Hay alguien que está interesado en ella, que le quiere decir algo por este sencillo gesto. La hace feliz.

Y si el tipo todavía tiene que demostrar que también sabe dar besos e incluso se atreve a ir más lejos, ella no se puede imaginar que todo esto no signifique para él más que una pequeña aventura excitante o una oportunidad para fanfarronear después con los amigos.

Una carga

Durante los primeros días el chico disfruta todavía del apego de la chica. Al notar que sus tentativas de acercamiento le gustan a ella, su orgullo se siente complacido.

Pero después de algunos días, ella comienza a ser una carga para él, porque, claro, hay tantas chicas, y muchas le atraen igualmente. No entiende por qué ella lo tiene que tomar todo tan en serio. Y la chica, por otra parte, no comprende nada de su reacción negativa. Lo que para ella comenzó como una experiencia positiva y alegre, se transforma en un drama. Un malentendido puede así arruinar toda una semana de campamento, simplemente a causa de la ignorancia, porque los chicos piensan que las chicas reaccionan exactamente como ellos. Y viceversa.

Contenta con cualquiera

¿Es realmente tan grave todo esto? La verdad es que sí. Lo que pasa es que tales chicos no se dan cuenta de lo que emocionalmente son capaces de poner en marcha en las chicas y no aceptarían la responsabilidad. La chica que tiene por primera vez este tipo de experiencia se siente feliz y sorprendida, un mundo de emociones nuevas se abre ante ella, le da cosquillas en el estómago. Pero no hay desenlace feliz y todo lo que queda es un sentido de desazón. La consecuencia es que le invade una inquietud, un nuevo deseo de sentirse cobijada, pero que no encuentra respuesta y sus esperanzas no se cumplen.

De esta manera una chica es llevada fácilmente a una especie de “locura por los hombres”, corriendo el peligro de contentarse muy pronto con cualquiera que se le presente, empujada por esa necesidad oculta.

Cuando una chica despierta sexualmente, pierde más o menos la objetividad que tenía naturalmente. Pero sus deseos no son puramente físicos, sino más amplios. En realidad incluyen todo su ser.

Una tercera diferencia

De nuevo la chica reacciona de forma diferente al chico. En el chico la sexualidad puede llevar una vida propia, la puede separar fácilmente de las otras cosas que le interesan. La chica no lo puede hacer tan fácilmente. Para ella, todo es más bien una sola cosa. Responde de forma total: espíritu, alma y cuerpo. Este tipo de experiencias hace nacer en ella el fuerte deseo de poder darse, la sed de una relación en la cual pueda entregarse totalmente. Y allí es donde se hace sentir la necesidad de alguien que sepa responder.

¿Qué hacemos con todo esto?

Si estos son los hechos, ¿cómo los vamos a tratar?

En primer lugar los chicos: cuando alrededor de los catorce años descubren sus posibilidades sexuales, ¿qué van a hacer con ellas? En el pasado se les decía que debían dominarse lo mejor posible para no sufrir ciertas consecuencias. Pero hoy en día esto ya no es problema. Los anticonceptivos están al alcance de todos. Por lo tanto ya no es necesario dominar o reprimir nada. Todo puede experimentarse desde el principio, sin restricciones. En los colegios el tema recibe amplia atención, con el fin de que cada joven sepa desenvolverse sin mayores problemas. ¿Qué ventaja hay entonces en estar cohibido, y postergar la cosa hasta el casamiento? ¿Por qué esperar desde los catorce años hasta los veinticinco para iniciarse de una vez?

No te dejes meter prisas

Para la chica normalmente el problema no es tan grande. No hay nada que la inquiete, por lo menos mientras mantenga una distancia entre su cuerpo y las “manos de terciopelo”, y no se deje provocar por la orientación sexual que recibe. Por supuesto, ella espera encontrar algún día a su príncipe, pero este anhelo es bien distinto al de los chicos.

Ellos ya experimentan sentimientos sexuales con sólo ver ciertas cosas. Entre las revistas expuestas en quioscos y librerías suele haber un amplio surtido de ‘destape’. Lo mismo pasa con las pantallas de televisor y computadora (u ordenador). Se puede ver de todo. Propagandistas de todo tipo, ávidos por forrarse los bolsillos, meten el sexo a los chicos por los cuatro costados.

Recogerás lo que siembres

Es cierto que los chicos suelen reaccionar con un: “¿Qué más da?” Nadie puede ver lo que estás mirando, nadie sabe lo que pasa en tu mente. ¡Pero no te engañes! Todo lo que siembres, lo recogerás. Todas esas imágenes cargadas de erotismo, que tú como chico ves, entran por tus ojos y se descargan en tu memoria. Lo que vean tus ojos una sola vez, puede reproducirse mil veces en tu memoria. Lo que recoges, siempre es un múltiplo de lo que habías sembrado. Cada vez que vuelva aquello a tus pensamientos y a tu fantasía, tendrá su fuerte efecto en tus emociones y en tu cuerpo.

Televisión, vídeo e Internet

Cuando se trata de las cosas que miras y su influencia, puede que digas: “¡A mí eso no me hace nada!” “¡Cuando empiezo a hacer otra cosa, todo se me olvida de momento!” ¿A quién le estás tomando el pelo? Una vez apagado aquello, te acuerdas muy bien de lo que has visto.

Por supuesto, que hay muchas cosas que ves y no te llaman la atención, y las olvidas en seguida. Y, claro, esas son las que no se descargan en tu corazón y en tu memoria. Pero ¡tampoco suelen ser las que miras! El asunto es que sólo miras las cosas que sí te hacen algo, que te parecen interesantes o cautivadoras. O excitantes. Y entonces no importa que sean fantasía o realidad, las consumes, te las tragas conscientemente.

Lo mismo que cuando comes

Luego, como ocurre en el comer: una vez tragado algo, eso ya está adentro. La única diferencia es que cuando la comida está “pasada”, la puedes vomitar para que no te enferme. Pero eso no lo puedes hacer con las cosas que se han descargado en tu memoria. Esas quedan allí, y cada vez más profundamente. Y es desde allí que ejercen bastante influencia sobre tu vida.

Contagioso

¿No te preguntaste alguna vez cómo es que se producen tantas revistas, tantos programas, películas, páginas Web y juegos de computadora (ordenador), llenos de todo lo que es dañino?

Bueno, evidentemente los que producen todo esto están igualmente ‘llenos’. Reproducen de la abundancia de sus corazones. Pues, es del interior, del corazón, de donde salen los malos pensamientos, el homicidio, el adulterio, la inmoralidad, el robo, la mentira y la calumnia. Esto ya lo decía Jesús hace 2000 años. Y de esta manera ellos contagian al chico-de-turno, a quien le toca sentarse a mirarlo con la boca abierta…

Sodoma y Gomorra

No sé si conoces la historia de las ciudades antiguas de Sodoma y Gomorra. De estas ciudades se cuenta que todos los hombres estaban tan sobreexcitados sexualmente que cuando algún forastero ponía pie dentro de las murallas de la ciudad, se amontonaban para violarlo.

Siempre que leía este relato me daba la impresión de estar algo exagerado. Pero lentamente me he venido dando cuenta de lo contrario. Incluso comienzo a creer que la historia muy bien se pudiera repetir. Cuando veo entre mis conocidos cuántos ya están tragando todo lo que la tele y el Internet ofrecen de ‘sexo’ y de violencia, y que lo mismo está pasando en el mundo entero, me preocupa el futuro.

Y allí está precisamente la advertencia que nos dio Jesús. Decía que los últimos tiempos de este mundo volverían a tomar las características de aquel tiempo de Sodoma y Gomorra.

Un pozo negro

Es difícil cambiar tus sentimientos. Cuando estás deprimido, no puedes decir: “Bueno, ya está, ahora me pongo otra vez contento”. Tus sentimientos no se dejan cambiar tan fácilmente.

En cambio, sí, es posible decidir qué es lo que vas a mirar y sobre qué vas a estar pensando y fantaseando. Esto es lo que influye considerablemente tus sentimientos y también tus acciones. Y allí, en el terreno de tus pensamientos, es donde las decisiones tienen que ser tomadas. Lo que piensas determina lo que sientes.

Cuando, como chico, miras a conciencia cosas que están sexualmente cargadas, éstas te van a dominar los pensamientos y la memoria. Tu corazón se convertirá en un pozo negro de deseos bajos, que ya nada tienen que ver con el amor y la fidelidad o con una relación estable con alguien a quien quieres.

Cuidado con las ratas

Jesús advirtió: “Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres”. En otras palabras: donde está la basura, allí se acercan las ratas. Donde hay suciedad espiritual, allí se juntan los bichos espirituales: demonios, espíritus de impureza, poderes de inmundicia, no importa cómo los llames. Ellos se encargarán de avivar esa basura encendida, allí en tu corazón, la que se transformará en un gran incendio. Las tristes consecuencias llegan diariamente a las noticias públicas. Nos enteramos de otro pozo negro que se abrió, y otro, y otro: familias que se parecen a campos de concentración, hermanos que abusan de sus hermanas pequeñas, tíos y abuelos que violan a sus sobrinas y nietas, y padres que dan rienda suelta a sus apetitos sexuales con sus propias niñas. Están tan dominados y poseídos por sus deseos sexuales, que para ellos los propios parientes no son más que objetos sobre los cuales soltar sus pasiones inmundas.

¡Lo que un chico ve en las revistas porno, en los anuncios de contenido sexual explícito, etc., suele trastornar su percepción de una chica de tal forma, que para él ella llega a ser poco más que un pañuelito en que uno se suena la nariz para después tirarlo!

La influencia de la pornografía

Hace algunos años un asesino violador norteamericano fue entrevistado en televisión. Había violado y matado a decenas de chicas. Fue condenado a la silla eléctrica. Su nombre era Ted Bundy. La entrevista tuvo lugar en la cárcel; fue el día antes de su ejecución.

En la entrevista contaba qué cosas le habían conducido a ese punto final. Se había criado en una buena familia, no tenía problemas con sus padres, tenía buenas amistades y también en la escuela le había ido bien.

Pero el desastre comenzó, dijo, cuando, a los doce años, tuvo su primer contacto con la pornografía. La encontró en un contenedor de basura en la calle: revistas, historietas y novelas policíacas con escenas de violencia sexual, todo lo cual empezó a cautivarle. Al buscarse cada vez más cosas de esas, quedó cautivo de verdad. La llamada soft porn (porno blanda) pronto dejó de satisfacerle. Como si de una toxicomanía se tratara, le fue de mal en peor, de blanda a dura. Quedó totalmente prendido por la pornografía dura y violenta.

De la fantasía a la realidad

En todo ese tiempo aparentaba ser el mismo chico de siempre, y nadie le notaba nada extraño. Todo ocurría en secreto, en el área de sus pensamientos. Pero allí todos los frenos estaban sueltos y ocurrían las cosas más horribles. Lógicamente requería estímulos exteriores que fueran cada vez más fuertes. Llegó el momento en que ni las películas y los vídeos más duros le daban satisfacción.

Así crecía en él la presión irresistible que le llevaría al último paso: la violencia sexual de veras. Pero durante unos cinco o seis años más ese último paso le resultó todavía demasiado temerario. Su sentido común, sus nociones del bien y del mal, y su miedo a las consecuencias lo retuvieron todavía… La obsesión, no obstante, era cada vez más fuerte.

Un día desgraciado y fatal tomó la decisión… Para vencer los últimos restos de resistencia, buscó auxilio en el alcohol. Luego salió y cometió su primer homicidio.

Volviendo en sí

A la mañana siguiente vivió el infierno. Ya estaba completamente sobrio y ahora veía con claridad cristalina y con horror lo que había pasado y en qué se había metido. Pero no tardó mucho en dar otra vez rienda suelta al ansia irresistible, y la tragedia se repitió. Se repitió hasta veintiocho veces.

Cuando sospecharon de él la primera vez y lo arrestaron, nadie de los que lo conocían podía imaginarse que ese chico fuera capaz de un crimen de violación con homicidio. Varias veces fue absuelto por falta de pruebas. Pero al final todo salió a luz y, para alivio de muchos, fue condenado a la silla eléctrica. Luego, al punto de terminar su vida, no pudo menos que reflexionar e intentar, en esa última entrevista, advertir contra los peligros de la pornografía. Dijo entre otras cosas:

“La gente debe ser bien consciente de que los que se dejan influenciar tanto por la violencia en los medios de comunicación, y especialmente por la pornografía violenta, no nacieron como una especie de monstruos. Son vuestros hijos y vuestros esposos. Nos hemos criado en familias normales. Hoy en día la pornografía puede atacar en cualquier casa y arrollar a cualquier niño. A mí me robó del seno de mi familia hace treinta años. Por más solícitos que fueran mis padres (y eran solícitos, protegiendo a sus hijos lo mejor que podían), y por practicante que fuera nuestra familia cristiana (y, verdaderamente, éramos cristianos practicantes), sencillamente no hay protección contra las influencias desmoralizadoras que se sueltan en una sociedad permisiva…”

Una alternativa normal

¿Queda para los chicos alguna otra opción, una alternativa normal? Afortunadamente, sí, la hay. Pero habrá que trabajar en ella. La entrada de la sexualidad en la vida de un chico puede compararse con el regalo de un perrito. Ese animalito ya sabe hacerlo todo: sus necesidades, morder, correr, ladrar y comer. No te hace falta enseñarle nada de eso. Lo que sí tienes que enseñarle es que deje de ladrar cuando tú se lo mandes, que no muerda, que no corra, que tampoco haga sus necesidades donde le dé la gana. Debe ser adiestrado. Tiene que aprender a escuchar bien a su dueño. Es la única manera para convivir con el animal.

Si, por otro lado, le dejas al cachorro hacer lo que se le ocurra, entonces no habrá más remedio que deshacerte de él cuando sea grande. Podrá ser peligroso y nunca se sabe lo que hará en la calle, ni cuando hay visitas.

Lo mismo pasa con la sexualidad. Ya sabes que hay un miembrecillo por el que nos damos cuenta que un chico es un chico. Este miembrecillo sabe darse ciertos aires y le encanta que le digan “Don…” Se trata de “Don Pene”. No parece más que un chiquillo flojo, pero, ¡cuidado!, es multifuncional. Para el trabajo duro sabe enderezarse como un hombre, hecho y derecho. De lo contrario, nunca sería capaz de depositar en su sitio lo que es necesario para engendrar vida nueva.

Ahora bien, muchos hombres y jóvenes piensan que, cuando Don P se pone de pie, se le debe atender de momento. Eso es lo que quiere: toda tu atención y mil caricias. Es como si te estuviera gritando, exigiendo eso. El dueño, casi atolondrado, piensa que mejor será no ignorarlo, mejor complacerle y pronto.

¡Pero, aunque no lo creas, es todo una bobada! ¡Deja de prestarle atención y, fíjate, Don P se encoge solo! Es verdad que sabe darse un airecillo, pero no tienes por qué dejarle que se imponga; de veras que no tiene importancia. ¡Él no es el amo, el amo eres tú! Cambiará de tono cuando se dé cuenta que no tiene manera de salirse con la suya. Mientras que el amo no esté casado, Don P tendrá que limitarse a aquel trabajo en que siempre, desde el principio, se ha distinguido.

¿Te das cuenta que Don P es exactamente como un niño malcriado? ¡Cuánto más le des su gusto, tanto más se pondrá de pie, gritando que quiere más! A muchos padres les da miedo el lloriqueo del peque mimado. ¿Y qué le hacen? Lo único que se les ocurre es rendirse y darle lo que quiere. ¡El pequeño chillón logra adueñarse de dos personas adultas!

¡Cuídate de no hacer lo mismo con Don P!

Lo que aprendes de joven…

Pues, todo esto puede sonar algo cómico, pero date cuenta que, como chico, es de suma importancia que lo aprendas. Yo ya llevo más de veinticinco años casado, pero si antes no hubiera aprendido a dominarme en cualquier momento, nuestro matrimonio nunca habría llegado a ser lo que es. Si no aprendes antes de tu matrimonio a renunciar a los deseos físicos cuando tú quieres, entonces tu esposa más tarde no sabrá lo que le pasa. Lo que tú le haces tiene para ella más de violación que de amor.

Una mujer pierde muy fácilmente el respeto ante un hombre que no sabe dominarse. Pero si has aprendido a dirigir tu atención hacia otras cosas cuando los deseos tuyos y los de tu esposa no corran totalmente paralelos, de modo que vuelvas a tranquilizarte por dentro, entonces vuestra relación queda fortalecida. Entonces ninguno de los dos está bajo ‘obligaciones’, y los dos respetan la ‘libre elección’. ¡Pero todo esto se aprende de soltero!

Al alcance

Yo tenía 27 años cuando experimenté una crisis positiva, espiritual. Muy conscientemente sometí todo al control de Jesús. Noté que cuando pones tu vida bajo su control y anhelas tener un corazón sin inmundicias y manchas, entonces eso es lo que, efectivamente, llega a estar ampliamente a tu alcance. Cuando reconoces todo aquello que es malo y se lo dices sinceramente a Él, entonces Él no sólo te perdona, también te libera de toda esa inmundicia. Así por lo menos lo experimenté yo, hasta en mis sueños.

Masturbación

De todo lo anterior pudieras llegar a la conclusión de que una cosa como la masturbación tampoco sea positiva. Y eso a pesar de que casi todos los chicos y también unas cuantas chicas la practican con más o menos frecuencia. ¿Por qué sería esto así? ¿Y por qué los primeros cristianos nunca escribieron nada al respecto? ¡Pues en la Biblia no encuentras una sola advertencia contra la masturbación!

Para comenzar con lo último, eso tiene que ver con que, probablemente, hubiera poca costumbre de masturbarse en aquel tiempo. Y esto porque la motivación era escasa. Los hombres, por ejemplo, casi nunca tenían que enfrentarse al fenómeno de mujeres que no estuvieran totalmente cubiertas. Sólo el tipo de mujer que, conscientemente, buscaba seducir a los hombres se vestía de manera provocativa. Lo cual podía llevar al adulterio o a la fornicación con ellas.

¡Pero en nuestro tiempo, no son solamente mujeres palpables de carne y hueso las que despiertan deseos sexuales por su vestimenta y por su conducta, sino más que nada las que encontramos impresas en papel y las que están en las pantallas del televisor o del monitor! En revistas, en posters, en innumerables programas de CD, vídeo y televisión, y en la “autopista digital” – quieras o no – las encuentras por todas partes. Solamente que no están en carne viva, aunque sí las ves. Son como un espejismo. Pero ¡esos deseos que despiertan no son espejismo! Son deseos difíciles de dominar, que buscan una salida. Pues las imágenes que ves son extremadamente sugerentes, incluso mucho más que la realidad. Una primera consecuencia, entonces, suele ser la masturbación.

También entre las chicas la masturbación se practica mucho más que en el pasado. Esto tiene que ver mayormente con la orientación sexual de estos tiempos modernos. Las anima a experimentar con su propio cuerpo.

La adicción a la masturbación, consecuentemente, es hoy un problema mucho mayor que en el pasado.

¿Qué hacer?

Cuando había cambiado de rumbo espiritual, empecé a preguntarme: “¿Qué hago ahora con ‘eso’?” Pues yo también lo practicaba. Al principio no me preocupaba gran cosa, ya que (así me decía) la nariz también la tienes que sonar con regularidad. Pero cada vez me sentía más incómodo. En la masturbación te imaginas de todo, por lo menos así me pasaba a mí. Cualquier cosa podía ocurrir en mi fantasía y, para decir la verdad, eso me daba vergüenza.

Además, me estaba creando adicción. Ni era bueno para mi sentido de autorespeto. Pero aun así trataba de convencerme de que no estaba haciendo nada malo; no hacía daño a nadie.

Luego me vino una idea: Si de veras no era malo, o incluso bueno, entonces lo podría agradecer a Dios. Así lo intenté. ¡Para mi asombro, cuando terminé de darle gracias a Dios, el deseo había desaparecido! La próxima vez hice lo mismo, y con el mismo efecto. Así ocurrió algunas veces más y saqué la conclusión de que de veras estaba libre.

Y en eso permaneció la cosa. Al principio, alguna vez que otra, quedé casi atrapado al presentarse el asunto de golpe y porrazo. Pero una y otra vez se rompía el “hechizo” cuando clamaba a Jesús por socorro, con lo cual el deseo desaparecía de nuevo.

Fue algo de mucho significado para mí, porque tenía la costumbre desde antes de la adolescencia. Además, por naturaleza suelo reaccionar de forma aguda ante todo lo que veo. Y no es que me fuera a casar pronto. Para esto me faltaban todavía unos cuantos años.

¿Excepcional?

Algunas veces se me ocurría que yo tenía que ser un caso excepcional, ya que me había librado tan fácilmente: a lo mejor tenía la sangre menos caliente que otros. No digo que no, es difícil compararse con otros. Pero tengo la impresión de que yo no era nadie especial. En nuestro matrimonio el experimentar la sexualidad sigue teniendo su lugar de importancia, hasta el día de hoy.

La falta de masturbación tampoco me dejó con frustraciones, ni con acné. Y cualquier ‘sobreproducción’, en todos esos años de soltero, se me eliminaba de forma natural y sin problemas. ¡No me ha quedado ningún efecto negativo, al contrario!

Bien motivado

Un joven a quien conozco bien, y a quien se lo había contado, me dijo mucho más tarde que para él había sido bastante más difícil. Me contó que hasta que no empezó a vivir muy conscientemente para Dios, a la manera de los primeros cristianos, la liberación quedó fuera de su alcance. Antes de eso no estaba bastante motivado. “Ahora me doy cuenta, dijo, que todo eso tiene que ver con lo que sea tu deseo más profundo. En aquel entonces mi deseo no estaba dirigido hacia Dios; yo todavía no había cambiado de verdad.”

Creo que esto es la respuesta para todo tipo de adicción. Tienes que encontrar algo que sea más valioso que aquello que te domina, y más real para tu vida. ¿Y qué puede ser más valioso que una experiencia con el mismo Creador del universo? Mi amigo contaba además, que le había sido de gran ayuda abordar el tema francamente con personas que vivían igualmente para Dios.

No te lo hagas difícil

Si quieres vivir así, entonces es muy importante que seas radical, sobre todo en el mundo de tus pensamientos. Es inevitable ver cosas y oír cosas. Pero, claro, tan pronto que, de forma consciente, te pongas a mirar una cosa, o a escuchar algo, ya habrás elegido a favor de ese asunto. Entonces, por así decirlo, ya lo estás “grabando en disco duro”. Y eso tiene sus consecuencias. Pues tienes la plena libertad de elegir lo que tú quieres, pero con las consecuencias de tu elección no es así; esas ya no las puedes escoger. Esas vienen incluidas. Por eso es importante que siempre mires más allá de tu propia nariz.

Si es verdad que sientes el anhelo de tener un corazón limpio, entonces te digo: ¡está a tu alcance! Y ¡con creces! Por ejemplo, esta manera de vivir fue proclamada hace ya dos mil años en los grandes puertos de mar en Asia Menor y Grecia. Esas ciudades eran tremendos centros de prostitución y de ocultismo. Casi todos sus habitantes estaban involucrados con la prostitución religiosa en los templos. Si en aquel entonces el mensaje de los discípulos de Jesús podía producir corazones limpios en tales personas, luego ¿qué duda cabe sobre su poder en el día de hoy?

No es inofensivo

En general se piensa que la necesidad de masturbarse desaparecerá sola, una vez que exista una relación sexual estable. Pero para los hombres no suele ser así. Si no te has librado antes, el hábito seguirá. Bueno, y ¿eso es tan grave? En la mayoría de los casos sí. Lo que pasa, es que, en sus fantasías durante la masturbación, el hombre no suele practicar el sexo con su propia pareja, sino con mujeres que surgen de su memoria y de sus imaginaciones. Está adulterando en sus pensamientos.

Nos dimos cuenta de los grandes problemas a que puede llevar, cuando entre nuestros propios amigos conocimos un caso de adulterio. Más tarde ese hombre casado dijo que aquel ‘adulterio’ lo había venido cometiendo innumerables veces, es decir, masturbándose. Luego, cuando se presentó la oportunidad de hacerlo en “carne viva”, no quedaba ni resto de resistencias. Ya lo había hecho tantas veces en pensamiento que los “frenos” estaban gastados, totalmente.

Exhibicionismo femenino

Intuitivamente las chicas saben que los chicos reaccionan ante lo que ven. Por eso tienden a lucir su exterior. Podría decirse que tienen algo de exhibicionistas. Afortunadamente, después del pecado original, la mujer adquirió un notable sentido de vergüenza (igual que el hombre, claro). Si conoces esta historia de la Biblia, sabes a qué me refiero. Así que, normalmente, esa inclinación al recato está allí hasta el momento en que ella esté segura en una relación con el hombre a quien ama y a quien se quiere dar. Con todo y con eso, las chicas tienen al mismo tiempo la inclinación irresistible de prestar mucha atención a su exterior. Los que diseñan los anuncios comerciales y aquellos que hacen otro tanto con la moda femenina lo aprovechan agradecidos.

Lo cual presenta a la chica un buen motivo para detenerse y preguntarse: ¿qué mensaje estoy realmente transmitiendo al obedecer fielmente todo lo que las modas exigen?

Efectos de ‘shock’

¡Mucho ojo con los efectos de ‘shock’! Por ejemplo: primero todo maxi y de repente todo mini. Faldas y vestidos con cortes largos hacen de tus piernas puntos de atracción. Escotes bajos, blusas transparentes, ombligos al aire y cosas por el estilo no atraen la atención hacia ti, sino hacia tu exterior. Luego no debes asombrarte si los chicos muestran gran interés en tu cuerpo, y poco o nada en el resto de ti.

Quizás te sientas complacida cuando los ojos de todos los hombres se fijen en ti. ¡Pero lo mismo pasaría si fueras de papel! ¡Pues su reacción sería exactamente la misma!

Cuando tu apariencia exterior grita tan fuerte que no se oye tu interior, los chicos empiezan a percibirte como poco más que un cuerpo ambulante. Ellos ya tienen la impresión, por medio de los anuncios eróticos, que las mujeres, impacientes, sólo esperan el momento en que un hombre les eche mano. Tu manera de lucir tu exterior, fácilmente, podría confirmar esa impresión.

Cuerpo y piernas

En un campamento de jóvenes una chica vino a quejarse de que muchos de los chicos se estaban poniendo pesados con ella. Tuve que decirle que ella misma tenía parte de culpa, porque, sin darse ni cuenta, se vestía de manera bastante provocativa.

En este asunto, pues, ¡mucho cuidado! Por lo menos, si quieres para ti un hombre que esté interesado en la totalidad de tu persona, no sólo en tu cuerpo.

Yo conozco todas las cualidades atractivas de mi hija: su carácter, sus talentos, sus inclinaciones. Me parecería algo terrible que tuviera un novio que no viera esas cualidades, y solo tuviera interés en su carne y piernas.

¿Por qué esta gran diferencia?

¿Qué propósito pudiera haber en esas grandes diferencias entre chicos y chicas? Para algo servirán. Bueno, el propósito es que un chico, cuando ama a una chica y ella reacciona positivamente, la inicie paso a paso en ese nuevo mundo de emociones. Para ella es la experiencia más profunda que pueda tener como joven. La vive como un suceso único, es decir, no lo puede experimentar con más que una persona. Es exclusivo.

Si esto sucede de manera buena y amorosa, entonces, de parte de ella, crecerá hacia el chico un auténtico lazo de amor. Este lazo será casi irrompible. Al mismo tiempo le hace muy vulnerable. Si después el chico la abandona, o si para él la relación no representa más que una sencilla aventura sin compromiso, la decepción para ella será horrible. La cosa es que nunca más podrá repetir esa experiencia. Entregó algo de sí misma que nunca podrá recuperar.

Monógama

¿Sabes una cosa? Por naturaleza una mujer es monógama, es decir, permanece normalmente con un solo hombre. Se apega muy fuertemente al muchacho o al hombre que hizo que se despertara sexualmente, sobre todo al ocurrir esto de forma agradable y responsable. Pero si la relación se rompe, entonces para volver a experimentar un lazo tan fuerte con otro, tendría que vencer verdaderos obstáculos. Pues, lamentablemente, algo de su capacidad al respecto se ha perdido y se ha hecho más vulnerable.

¿Hasta dónde puedes ir?

Suele surgir la pregunta, ¿qué lugar debe tener la experiencia de la sexualidad en ese período en que los novios están todavía conociéndose, y hasta qué punto pueden ir?

Naturalmente el sexo es más que acostarse juntos. Al ‘sexo’ pertenece también todo lo que se hace antes de acostarse; por ejemplo, el besar, el acariciar, el abrazar; en resumidas cuentas, todo lo que excite sexualmente.

Ya habrás sacado la conclusión de que, en realidad, es mejor dejar quieto todo ese trayecto sexual hasta el momento en que los novios se prometan fidelidad para el resto de sus vidas. Efectivamente, es la única manera segura para que, en este terreno, ellos no se hagan daños emocionales irreparables.

Sin tensiones

Créelo, esto trae sus grandes ventajas para el período de noviazgo. Da oportunidad para conocerse a fondo en todos los demás terrenos, y sin tensiones. No significa una pérdida de espontaneidad. ¡Los besos cariñosos, como los que das a tus padres o hermana, cuando vuelves a verlos, o el andar de la mano, como lo hacías de niño con tus padres, poco tienen que ver todavía con el verdadero trayecto sexual! Hay otras mil maneras, que no son de ese “trayecto”, para expresar los sentimientos de una amistad muy personal e íntima. Y no traen inconvenientes para el período del noviazgo.

Diferentes opiniones

No todo el mundo estará de acuerdo con eso de que también los primeros pasos del trayecto sexual sean guardados para la seguridad del matrimonio. Dirán que también el noviazgo es apropiado para besarse en la boca (con o sin la lengua), abrazarse y acariciarse. Pero, en ese caso, ¿hasta qué punto se va sin dejar la prudencia? Tal vez reconocemos que no es conveniente acostarnos juntos antes de la seguridad del matrimonio. ¿Pero aplicar esa abstinencia a todo el trayecto sexual? No todo el mundo tiene eso muy claro.

Planeamiento

Conozco, por ejemplo, a un padre serio y de buenos principios, que aconsejó a sus hijos hacer una especie de proyección para su conducta sexual. “Fija la fecha de tu boda”, era su consejo, “luego ve planeando el trayecto sexual (¡excepto el acostarse juntos, por supuesto!) de tal modo que cubra todo el período anterior, progresando cada vez un poco más en ese trayecto. ¡De este modo llegas a la boda justo a tiempo, y bien preparado para acostarte con tu pareja!”

Bueno, puede que haya funcionado con él y su esposa: es una pareja maravillosa. Pero existe un gran peligro de que a mitad del camino ocurra algo que termine con la relación. ¡Allí te quedas! Luego es especialmente la chica la que se ve plantada con el problema adicional. Nunca más podrá, de esta manera única, recorrer aquella parte del trayecto con otro hombre. Además, tendrá que aprender a manejar el deseo sexual que se abrió en ella. Habrá quedado como a la intemperie, sin abrigo seguro y amoroso.

Eso mismo demuestra que no es sensato sacar una gran parte del trayecto sexual fuera de la seguridad del matrimonio (y colocarla en la inseguridad del noviazgo), sólo por experimentar algo de esos placeres ya. Ni aunque guardes la última parte del trayecto para después de la boda. Esa manera de proceder es parecida a quien saca repetidamente un bocado de un pastel, lo disfruta al máximo, pero no lo traga, ya que eso todavía no está permitido… ¡Tarde o temprano tienes un “accidente” y te asfixias!

Sin esfuerzo

Además, recorrer cualquier trecho del trayecto sexual es algo que suele marchar como por encanto. Gusta tanto que muy fácilmente sofoca los otros intereses. Especialmente cuando la amistad en esos otros puntos anda con menos encanto y exige un esfuerzo.

Por eso es que tantos novios optan por explorar un largo trecho de posibilidades sexuales, o, incluso, todo el trayecto. Esto anda por sí solo… ¡Qué manera de congeniar admirablemente! Y así es, por lo menos en este terreno. Parecería que la cosa es óptima. Pero ten en cuenta una cosa: de la misma manera congeniarías con prácticamente cualquier otra persona, por lo menos, si no fuera demasiado inatractiva.

Sí, es verdad, te da la impresión de que el área de contacto entre los dos sea enorme, ¡pero la realidad es otra! Porque sólo se trata del área física.

Muy engañoso

Por eso, aquel entusiasmo por la carrera sexual es muy engañoso. El caso es que congeniar en este asunto suele ser muy fácil. Pero congeniar en todos los demás terrenos eso es harina de otro costal. Congeniar allí es mucho menos obvio. Tiene que ver con el carácter, la educación, el concepto de vida, la cultura, el trasfondo, los gustos personales, los enfoques de interés y tantas cosas más. Si no tienes cuidado, no llegarás apenas a tocar estos asuntos en tu tiempo de preparación para el matrimonio. ¡Luego, una vez casado, sí, tendrás que enfrentarlos! Verás que, además de estarse acariciando, se presentan de repente muchísimas cosas para hacer juntos. A decir verdad, nosotros mismos tuvimos algún problema en este terreno…

Elección equivocada

Por fin, como ocurre con tanta frecuencia, una vez casados, te enteras de que su manera de pensar es muy distinta de la tuya, y no sobre un solo tema; podrían ser muchos. La forma en que el otro hace ciertas cosas, o deja de hacerlas, te empieza a irritar. Descubres mañas y hábitos en el otro que antes no te habían llamado la atención. Cada vez se asoman más asuntos que te resultan difíciles para compartir. ¡Es bien posible que así llegues a la conclusión de que tu elección, al fin y al cabo, no haya sido la mejor! Y eso a pesar del “buen” comienzo, que parecía tan prometedor.

En un intento de evitar este problema, y sin tener que renunciar al placer del trayecto sexual, muchos buscan la solución en “juntarse” sin casamiento. La única “ventaja” está en la facilidad de una separación cuando vengan las decepciones…

El mundo al revés

Demasiadas veces la pareja empieza su relación por el extremo equivocado. En las discotecas la música es tan fuerte que la comunicación se limita a mirarse y a manosearse. Aunque esto empiece a mover las cosas, no por esto cree un verdadero contacto entrañable. Pero, sin esfuerzo, dos cuerpos empiezan a conocerse y a ajustarse, el uno al otro. ¡Qué sensaciones agradables! Es evidente que en lo físico congenian muy bien. Todo es tan elástico.., incluso un bebé puede pasar… Sin averiguar gran cosa, dos jóvenes se lanzan a formar pareja.

Es el mundo al revés: antes del casamiento los novios empiezan a practicar lo que no suele causar problemas, por lo menos si se hace según las reglas del arte. Mientras que la otra dimensión, tanto más profunda que la del cuerpo y propia de la misma identidad de la persona, se guarda para ser descubierta y ajustada después del casamiento, con todos los riesgos que esto asume. En muchos casos hallarán que los hermosos sueños de compartirlo todo, no se cumplen ni en la mitad de las cosas.

¿No sería ésta, precisamente, una de las razones del alto porcentaje de divorcios?

Por supuesto, puede que tú tengas suerte. Seguramente hay matrimonios que, de esta manera, llegaron a una relación feliz y estable con su primera pareja. Pero esto no quita que sea una apuesta en la lotería. ¿No sería más prudente que no te juegues algo tan grande? ¡Demasiado grandes podrían ser las consecuencias!

No hay dos iguales

Ahora imagínate que has llegado a conocer a alguien en todas las áreas excepto la sexual, y allí, por algún motivo, la relación se acaba. ¿No es esto también un trayecto que jamás podrías repetir, de esta manera exclusiva, con otra persona? Pues no, no es así. Es diferente, porque, sencillamente, no hay dos personas iguales.

El único trayecto en el que todos, a grandes rasgos, somos iguales, es el sexual. Todas las veces que una mujer vuelve a recorrerlo con otros hombres, sus experiencias físicas serán muy comparables a la primera, casi copias. Por eso sólo la primera vez puede llamarse “única”, porque aquella fue su iniciación, no solo física, sino emocional.

Pero asimilar el carácter de una persona, con todos los aspectos de su vida, por definición, siempre es algo único. Pues cada uno es diferente. El llegar a conocer a alguien muy personalmente será siempre una experiencia totalmente nueva. Si tuvieras la experiencia varias veces sin encontrar (todavía) a tu auténtico “príncipe”, eso no te dejaría con daños irreparables. Quedan relaciones de amistad que, también después, pueden ser de mucho valor.

Pasión

Como chica, pues, tienes el privilegio de guardarte intacta. No permitas que tu pasión se despierte antes de tiempo. No permitas que nadie te manosee, aunque te dé sensaciones agradables. Con eso sólo te complicarías la vida.

Igualmente, ¡cuidado con el alcohol! Tiene el efecto de bajar las barreras y de dar al traste con tu inhibición natural.

¡Ojo con aquellas actividades en las cuales el contacto físico juega un papel, como es el caso de ciertas formas de bailar, por ejemplo! La sensación puede ser muy agradable, pero ¿quién se hace responsable de los deseos que en la chica se despierten?

Muchas chicas son responsables en todos los sentidos, pero una vez que este tipo de pasatiempos las despierta a un nuevo mundo de emociones, pierden un buen pedazo de su objetividad natural. Su vida nunca volverá a ser la misma. Adaptarse a ese nuevo mundo no será siempre tan sencillo. A partir de ahora deseos de un marido, o sencillamente de “un hombre”, pueden dominar su vida diaria.

Orientación sexual

También la orientación sexual, que las autoridades educativas hoy en día creen tan necesaria, puede despertar a una chica. Hace años vi un programa de televisión con una sexóloga que sostenía que la naturaleza discriminaba a las chicas en comparación con los chicos. Decía que los chicos tenían sus sensaciones de placer sexual de forma espontánea al llegar a la pubertad, en contraste con las chicas. Por eso las chicas debían descubrir qué sitios sensibles tenían y empezar a experimentar.., cuanto antes mejor. Este es el tipo de orientación, no natural e impersonal, que estimula a las chicas de forma equívoca para ser sexualmente activas.

Rechazo natural

A las chicas en general les cuesta apreciar una orientación sexual “técnica”. Le sienten cierta repulsión natural. Desvinculado de una relación amorosa muy personal, el tema del sexo les parece más bien repugnante y no atrayente. Esto en sí ya debería valer para enfocar las cosas de otra manera.

Sin embargo, llevadas por la curiosidad y también porque “todas lo hacen”, muchas chicas pierden de manera artificial algo (o todo) de su virginidad, es decir, fuera del refugio íntimo y personal de una relación amorosa.

No es nada satisfactorio que esto ocurra, más bien lamentable. Porque es sólo dentro de tal relación única donde la experiencia de la sexualidad llega a ser una maravillosa expresión de cariño mutuo. ¿Y no era esa su verdadera finalidad?

Un sello

Lo que además se suele ‘olvidar’ en estas orientaciones es el “sello” con que cada chica está sellada por naturaleza.

Para usar un ejemplo: por Correos puedes recibir “impresos”, es decir, cosas impersonales. No importa que cualquiera las mire y las lea. Pero cuando la correspondencia es más personal, el sobre viene pegado. Y si el remitente quiere estar absolutamente seguro de que el contenido sea recibido exclusivamente por el destinatario, entonces el sobre viene sellado, es decir, precintado. El contenido es tan precioso y tan personal que se requiere una garantía de que llegue exclusivamente a las manos de la persona indicada.

De la misma manera, cualquier chica es un ser tan precioso que la entrada al lugar, donde se realiza la unión entre hombre y mujer, está sellada. El sello, la membrana virginal (llamado también el ‘himen’), nos enseña que ese no es ningún lugar para “entremetidos”. El sello solo puede ser roto por el “destinatario”, aquél que es digno, porque toma plena responsabilidad por lo que hace. Eso no es poca cosa. Un sello sólo se rompe una vez. Es un suceso que marca profundamente a la chica en su vida física y emocional. La misma naturaleza nos enseña esto.

Tarea difícil

En una relación principiante puede ocurrir que el chico no sepa dominarse y, en el parecer de la chica, más bien la viole. En este caso, ella no está bajo obligaciones frente al chico. Mejor renunciar a medio camino, y no extraviarse del todo.

Por otra parte, la chica que ha sido despertada sexualmente fuera del matrimonio, tendrá que aprender como manejar sus emociones de forma responsable. No es una tarea fácil. Justamente porque le cuesta desacoplar su sexualidad del resto de su existencia, corre el peligro de que el anhelo por un hombre vaya a dominar su vida de forma negativa.

En equilibrio

Jesús se encontró un día con una mujer que luchaba con este problema. Ya había “gastado” cinco hombres. Había estado íntimamente involucrada con ellos en su búsqueda de amor y seguridad, y ahora le tocaba al número seis. Jesús le aclaró que de esta forma no apagaría nunca su sed de atención y comprensión. Los que no eran más que hombres no podían darle lo que tanto necesitaba.

Necesitaba a alguien que la comprendiera completamente, alguien que estuviera a su disposición día y noche, con quien ella pudiera desahogar su corazón y quien la pudiera consolar. Necesitaba a alguien dispuesto a responsabilizarse por su pasado y por tantas cosas rotas en su vida. Alguien que le ayudara a elegir bien de ahora en adelante y que acabara con su incapacidad de decir “no” en los momentos decisivos. Necesitaba a alguien que la defendiera si fuera tratada injustamente o dejada de lado. Necesitaba a alguien que no la abandonara cuando envejeciera, alguien que pudiera dar sentido a su vida hasta el final y que le diera paz en su corazón.

Y ella descubrió que Jesús era aquel en quien podía hallar todo eso. El encuentro estableció el equilibrio en su vida. La presión se disolvió. Y ese mismo encuentro, por decirlo así, funciona todavía. ÉL es tu verdadero “refugio”. Él hace que no necesites refugiarte, en primer lugar, con ningún otro. Así viene el descanso a tu vida, y un punto final a esa búsqueda vana.

Comenzar de nuevo

¿Es posible que alguien que tiene un “pasado” sexual comience de nuevo?

Viudas y viudos que vuelven a casarse, experimentan en general que, efectivamente, es posible. El segundo matrimonio no suele ser menos que el primero. Así que, muchos quedan asombrados y felices.

Igualmente, aquellos jóvenes que dan la bienvenida a Jesús, y experimentan la renovación de su vida, verán que su vivencia de lo sexual es ahora colocada en un marco totalmente nuevo. Bien es verdad que esto no quita las cicatrices incurridas en el pasado, pero cuando llega el momento de una nueva relación y de un matrimonio, la nueva dimensión espiritual hace que todo se experimente como nuevo.

Sigue siendo de valor

¿Y qué si (tristemente) hubieras recorrido el trayecto sexual fuera de ese amparo del matrimonio, con una o con varias parejas, siendo ya seguidor(a) de Jesucristo? Esto te puede haber ocurrido por desconocimiento o por terquedad. Habrás notado que, definitivamente, perdiste algo muy valioso. Volver atrás no puedes, aunque Dios, sí, perdona y limpia, cuando te acercas honestamente a Él.

Y, sin embargo, todo lo que sigues siendo y lo que sigues teniendo, sigue siendo de alto valor para una buena relación. Sigues siendo único o única. Las posibilidades que te hayan quedado, para todavía brindar en el terreno sexual, son de tanto valor que para el resto de tu vida las debes tratar con el mayor cuidado posible para que todavía resulten en algo precioso.

“¡Yo no te condeno!”, dijo Jesús una vez a una mujer a quien le había ocurrido esto mismo. “Pero vete y ¡no peques más!”.

La intención original

¿Cuál pudiera ser la intención original para el matrimonio, vista desde la perspectiva de Dios? Eso lo encontramos en una de esas cartas que los primeros seguidores de Jesús se escribían; para ser más exactos: en la que fue dirigida a los efesios. Allí vemos que el ejemplo de Jesús, es decir, la manera en que se llevaba con sus seguidores, debe inspirar a los hombres y a las mujeres de hoy. Es una comparación muy apta. Tal como Jesús trata a sus seguidores, así un hombre debe tratar a su mujer.

¿Y cómo trata Él a sus seguidores? Los toma de la mano, los lleva fuera de la oscuridad del no saber, a entrar en un mundo nuevo de experiencia. Un mundo de luz y de cosas eternas. Para esto se compromete con ellos en una “alianza eterna”.

Un mundo nuevo

No sé si alguna vez has buscado y encontrado un contacto personal con Jesús, pero para mí el encontrarme con Él hizo que un mundo nuevo se me abriera. Porque, aunque sabía bastante de la Biblia, hasta ese punto todo lo relacionado con Dios no significaba gran cosa para mí. No había cobrado vida. Pero al llegar a conocer personalmente a Jesús, entré en un mundo nuevo. Al haber visto esta realidad en las vidas de otros, crecía un anhelo en mi corazón. Quería conocerle así también, de cerca. Descubrí que podía entrar en una alianza eterna con Jesús, y es así que llegué a una vida nueva junto a Él.

Así que, de la misma manera debe suceder entre un hombre y su mujer. Se llegan a conocer; después de un tiempo él se da cuenta de una verdadera armonía entre ellos; le declara su amor; luego hace con ella un compromiso, una alianza de fidelidad. Él la lleva de la mano y, paso a paso, la guía a entrar en el mundo de vida matrimonial, un mundo de experiencia que, normalmente, es nuevo para ella.

Alianza de fidelidad

Volvamos a nuestro ejemplo de Jesús y sus seguidores. Él no es exigente, ni va más allá de lo que son capaces de captar. No viene en seguida con profundas experiencias místicas o revelaciones impresionantes. No impone nada. Espera ser invitado. Pero el deseo correspondiente, esto sí, lo despierta Él.

De esta manera el hombre debe adaptarse al compás de su esposa. Nunca debe imponerse a sí mismo, antes debe aprender el arte de despertarla a ella.

Es importante que los esposos recorran, cada vez de nuevo, no una parte del trayecto sexual, sino el total. Si no, no funciona para la esposa. Cada parte es igualmente importante para ella, desde el beso de amor hasta la unión física. Una cosa no es completa sin la otra. Él tiene que procurar que la esposa llegue primero a su clímax. Luego a él no le faltará nada. Solo así será excitante la experiencia y memorable para los dos. Para ello se necesita mucho tiempo, creatividad, sensibilidad y dominio propio. De ahí la necesidad de que el hombre haya aprendido a tenerlo todo bajo control.

Gran responsabilidad

¿Puedes imaginarte lo importante que es para una chica saber manejar estas cosas con sumo cuidado? ¡Guárdate para aquel que es digno y que está dispuesto a responsabilizarse enteramente de ti!

El chico debe darse cuenta de su responsabilidad para manejar bien sus emociones sexuales, es decir, guardándolas para su destino exclusivo: el bienestar de aquel ser tan especial y precioso que ha de confiar su vida a él.

Una reacción (usada con permiso)

Hola Diego,

Lo que dijiste de las chicas es muy cierto. Una chica debe tener gran cuidado de no entregarse antes del matrimonio, ya que luego sus deseos de estar con un hombre la pueden dominar tan fácilmente. Mientras leía, demasiado me reconocía a mí misma.

Al empezar a estudiar en la universidad, alquilé una habitación, saliendo así del nido seguro del hogar. Todo me gustaba: el apartamento, los otros estudiantes con quienes lo compartía.., aunque ellos no eran creyentes. Ese compañerismo bajo un mismo techo con amigos no creyentes era algo nuevo para mí. Hizo que mis principios cristianos comenzaran a empañarse, simplemente porque, por lo visto, yo no estaba tan bien afirmada.

La gran distancia que me separaba de la casa de mis padres impedía que los fuera a ver más que algún fin de semana, muy de vez en cuando. De modo que el nido seguro había desaparecido.

Me enamoré de uno de los compañeros del apartamento, y él se enamoró de mí, y empezamos una relación. Comprenderás que vivir en la misma casa no era muy “saludable” que se diga. Era tan fácil avanzar cada vez un poco más. Lo que él me hacía me intrigaba y me embelesaba. De una cosa vino otra y no tardamos mucho en acostarnos juntos.

Relativamente poco tiempo después empezó a decirme que ya no veía futuro para nuestra relación, que las cosas no iban como lo había esperado. Para mí esto fue – ¡zas! – un golpe en la cara. Pues yo estaba profundamente enamorada de él; y lo quería.

Todo esto ya hace más de un año, pero todavía sigue siendo un verdadero problema. No es que siga enamorada de él, pero algo se despertó en mí que a veces me da como un hambre emocional intensa.

Es también la razón por la cual practicaba tanto la masturbación durante ese año. Quería dejarlo, pero no lo conseguía.

Entiendo perfectamente que mi problema no era solo una tristeza por un amor perdido. Antes de esa relación la masturbación nunca se me había ocurrido, así que, tampoco la practicaba. Sí, me enamoraba de vez en cuando, pero el fuerte deseo que siento ahora, no lo había tenido nunca.

¡Lamento infinitamente haber empezado esa relación! ¡Cuánta desgracia e impureza no me podría haber ahorrado! A veces me desespero, cuando me vence el miedo de quedarme una soltera resentida y frustrada, aunque, en realidad, no debería tener razón para pensar así, porque no tengo más que 21 años. Debo resolverlo con Dios, pero ya llevo tanto tiempo…

Apéndice

En “La Gran Diferencia” hay varias referencias a la Biblia. Puede ser que no estés muy familiarizado con ese libro. Al mismo tiempo, pudiera ser que te gustara ver aquellos textos referidos. En ese caso la información siguiente te muestra como.

La Biblia no es exactamente el tipo de libro que leerías de principio a fin de un tirón. No sólo es demasiado gordo para hacer eso (¡alrededor de mil páginas!), sino que en realidad no es tampoco un solo libro. Es toda una biblioteca de 66 libros, aunque en un solo volumen. Básicamente, en el transcurso de unos 16 siglos, unos 31 profetas, y después también 8 seguidores de Jesucristo, describieron en estos ‘libros’ sus experiencias con Dios.

Los libros de la primera parte, el Antiguo Testamento, se escribieron antes del nacimiento de Jesucristo. Esa parte los cristianos y los judíos la tienen en común. Allí te enteras de los orígenes del mundo y de la humanidad y de la historia del pueblo de Israel. También encuentras allí las viejas leyes y reglas para vivir. Además notarás que hay libros con cánticos, oraciones, proverbios y predicciones sobre la venida de un Salvador y sobre el futuro del mundo.

La segunda parte, el Nuevo Testamento, consiste en los escritos de algunos de los cristianos del primer siglo: cuatro biografías sobre aquel Salvador, Jesucristo, llamadas”Evangelios”, luego un libro sobre los primeros años del cristianismo, seguido por una cantidad de cartas que ellos se escribían, y, finalmente, un libro sobre el tiempo del fin.

Cada libro en la Biblia tiene su propio título y está subdividido en capítulos. Cada capítulo está además subdividido en versículos. Así se hace fácil indicar donde se encuentra cualquier pasaje bíblico en particular.

Los Diez Mandamientos, por ejemplo, están en el libro de Éxodo, en el Antiguo Testamento, y en el capítulo 20, versículos 1-17. Tal referencia se suele dar así: “Éxodo 20:1-17”.

La ubicación exacta de cada libro bíblico viene en la tabla del contenido en una de las primeras páginas de la Biblia.

Al ser el Nuevo Testamento de menor tamaño que el Antiguo, tendrás que buscarlo bastante más allá del centro del libro. Se puede conseguir el Nuevo Testamento también de forma suelta.

A través de los tiempos los textos originales han sido traducidos a muchos idiomas. La más usada en español es la de “Reina-Valera”, que salió primero en el siglo XVI, pero que ha sido revisada unas cuantas veces para que su lenguaje no resulte anticuado.

En cuanto a las referencias bíblicas que hemos usado: en el primer libro de la Biblia, el de Génesis, leerás sobre la “caída” del hombre en rebelión, lo cual está en el capítulo 3, mientras que la historia de Sodoma y Gomorra se encuentra en el capítulo 18, desde el versículo 16 hasta el capítulo 19, versículo 30.

Luego, en el Evangelio de Juan, es decir, el cuarto libro del Nuevo Testamento, en el capítulo 4, puedes leer sobre la mujer que había tenido los cinco maridos y estaba enrollándose con número seis.

Lo que Jesús predecía sobre el tiempo del fin del mundo puede encontrarse en el Evangelio de Mateo, el primer libro del Nuevo Testamento, capítulo 24, entre varios otros capítulos.

Las instrucciones para tratar a la esposa como Jesús trataba a sus seguidores son dadas en la carta que el apóstol Pablo escribió a los efesios, capítulo 5, desde el versículo 22.

El contenido de la Biblia es fascinante, y, literalmente millones de veces, ha comprobado que puede transformar las vidas de las personas. Tal como esa mujer de Juan 4, tú también puedes experimentar esa transformación, cuando tú también bebes de su “agua de vida”.

Traducido del original en holandés: “Het Grote Verschil” de Diego Baarsen
ã 2000 Diego Baarsen,
Hoofdweg 84,
9684 CK Finsterwolde,
Holanda

Email: dickbaa@hetnet.nl

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