1534 ~ Enrique VIII y el Acta de Supremacía

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1534 ~ Enrique VIII

y el Acta de Supremacía

inside20El Rey Enrique VIII de Inglaterra (1491-1547) quería un hijo varón que pudiera heredar el trono. La reina era Catalina de Aragón, una de las dos hijas de los llamados “Reyes Católicos” de España. Mientras que la hermana de ésta, Juana “la Loca”, llegaba a ser madre de dos emperadores, Carlos V y su hermano Fernando, Catalina no daba ningún hijo a Enrique, sólo una hija.

Enrique sabía que los papas se habían otorgado el poder de “anular” ciertos matrimonios, así que, ¿por qué no buscar la solución por ese camino? Efectivamente, los papas han venido concediendo “anulaciones” a través de los siglos, aunque no gratuitamente. Un caso contemporáneo es el de la Princesa Carolina de Mónaco. Pero cuando Enrique pide el favor al papa, aquel no tiene prisa. Se lo tiene que pensar durante varios años, porque ¿qué pasa? Si concede la anulación, tendrá que vérselas con Carlos V, poderoso emperador de Alemania, España, partes de Italia etc., y… ¡sobrino de Catalina!

Enrique, cansado de esperar, constituyó un nuevo “arzobispo de Canterbury”, y éste le concedió la anulación. Así, en 1533, tuvo el camino libre y se casó con Ana Bolena, una dama de la corte. A los tres meses ya nació la Princesa Elizabeth (o Isabel).

Cuando, en consecuencia, el papa (Clemente VII) excomulgó a Enrique, el creciente nacionalismo de los ingleses se sentía agredido y clamaba por independencia de Roma. El Parlamento, produciendo el Acta de Supremacía, dejó al rey investido como “cabeza” de la Iglesia Anglicana (también llamada: Iglesia de Inglaterra).

Enrique, que no era ni creyente ni “protestante”, perseguía a los protestantes hasta la muerte, y se casó un total de seis veces. Solo en 1549, dos años después de su muerte, al publicarse el famoso Libro de Oración Común, fueron reconocidas las doctrinas de la Reforma en Inglaterra.

De la tercera esposa de Enrique nació su único hijo varón. Cuando en 1547 Enrique moría, este hijo, Eduardo VI, se tuvo que sentar en el trono con solo diez años de edad. Pero al morir Eduardo seis años después, le tocaba reinar a la hermanastra mayor, María Tudor, hija de Catalina, y muy car. Como era de esperar, devolvió Inglaterra al catolicismo. Otra vez se prendieron las hogueras en todo el país, ganándose esta reina el apodo de “Bloody Mary” – “María la Sanguinaria”. Pero al sucederle su hermanastra, Isabel I, en 1558, empezó un período de paz y prosperidad, e Inglaterra se asentó como poder mundial. En 1588 logró derrotar la “Armada Invencible” de Felipe II de España. Reinó Isabel por largo tiempo, hasta 1603, y con ella la Reforma podía definitivamente consolidarse en Inglaterra.