451 ~ Concilio de Calcedonia

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451 ~ Concilio de Calcedonia

Una vez más estalló una grave controversia. ¿Hay en Cristo dos naturalezas, la divina y la humana, o solamente una? Al principio los principales contrincantes eran los obispos de Alejandría y Constantinopla, pero un alto funcionario del emperador y el obispo de Roma tomaron cartas en el asunto. Primero los alejandrinos lograron que el Emperador Teodosio II convocara un “concilio” en Éfeso (Asia Menor), en 449, presidido por ellos mismos. A pesar de fuertes protestas, también de León I, obispo de Roma, ellos salieron con la suya. Se decretó que en Cristo dominaba la naturaleza divina. Por boca de León I el concilio se conoce hasta hoy como el “Latrocinio”, es decir, el Concilio de Ladrones.

inside5Pero cuando el hombre propone, Dios dispone. El emperador cayó de su caballo y murió. El que le sucedió, Marciano, tenía otras ideas y convocó otro concilio, el de Calcedonia (también en Asia Menor). Ahora el mayor proponente y defensor del “monofisismo” (monos, “único”, physis, “naturaleza”) era un monje de Constantinopla, Éutiques, que mantenía que “la humanidad de Cristo se combinaba con la deidad como una gota de miel mezclada con el océano.” Con 520 obispos se condenó el concilio anterior y Éutiques fue depuesto y exiliado.

El Concilio elaboró la “Definición de Fe”. Con ella se declaró, aunque sin explicar cómo, que en Cristo se reúnen perfectamente las dos naturalezas “sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación”. Casi toda la Iglesia Cristiana, desde entonces, se ha venido identificando con la Definición de Fe. Las que no, las “monofisitas”, en Egipto, Etiopía, Siria y Armenia, todavía en el mismo siglo V, se declararon independientes de las iglesias del Imperio Romano.