Se trata de tus creencias…
¿de dónde brotaron?
Jaime van Heiningen
Principalmente hay dos fuentes: la de Las Escrituras y la del Romanismo.
No es que la “fuente romana” no tenga ciertas verdades bíblicas incorporadas. Sí, las tiene, pero éstas han sido sagazmente entrelazadas con conceptos contrarios, conceptos antibíblicos; no sólo entrelazadas, sino supeditadas a los mismos. Nos referimos a todo lo que en la “fuente romana” proviene del antiguo culto de Babilonia, de las filosofías de Atenas y de las prácticas paganas de la vieja Roma, conceptos, por cierto, irreconciliables con la soberana e inalterable Palabra de Dios.
Reproducimos más adelante la larga lista de 75 “innovaciones” –
introducidas a través de 66 años distintos – a lo largo de 18 siglos,
inmediatamente seguida de veinte amplias y contundentes respuestas bíblicas.
Pero, antes de otra cosa, hará bien el lector en fijarse en el testimonio explícito de uno que no quiso saber nada de innovaciones,
que huyó de toda adulteración de la Palabra de Dios.
Es el testimonio del apóstol Pablo en 2ª Corintios 4:2, cuando habla de parte de todos los apóstoles:
Pronóstico divino
Para muchos cristianos, no muy familiarizados con el “romanismo”, tal lista de innovaciones romanas pueda parecer increíble, pero es importante que se despierten a la cruda realidad de un cristianismo-sin-Cristo. Las corrientes apóstatas estaban ampliamente profetizadas por los profetas, por el mismo Salvador y por sus apóstoles. Basten dos ejemplos de los labios de Jesús:
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.
No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’ Y entonces les declararé: ‘¡Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad!’” (Mateo 7:15-23)
En la parábola del “trigo y la cizaña” nos dejó otra advertencia. La cizaña, introducida por “un enemigo”, no es arrancada. Al contrario, tiene que crecer en el campo del “mundo” con el trigo, “juntamente lo uno y lo otro hasta la siega” (Mt. 13:24-43).
Estrategia
El Maestro nos quiere abrir los ojos a la estrategia del “enemigo”, y lo hace por medio de los “misterios del reino” (Mt. 13:10-11). En este capítulo de Mateo usa siete pequeñas historietas, llamadas parábolas, y ya en la primera nos habla de “las aves”. Explica que ellas representan al “malo”, es decir, a Satanás y sus demonios. ¿Qué es lo que hacen las “aves”? Ellas se encargan de quitar la “semilla de la palabra del reino” del corazón del oyente.
Las aves surgen de nuevo en la tercera parábola, la de la “semilla de mostaza”. La mostaza, muy pequeña y muy insignificante, representa un principio de verdadera “vida”, vida dinámica, no la vida que cuente para este mundo, sino la que cuenta para Dios. Una vez sembrada, la vida empieza a crecer y crecer… Luego, de arbusto normal, se hace, asombrosamente, árbol anormal. Ya es enorme; ya no tiene nada de “insignificante”. Es cuando las “aves” saben aprovechar la situación… Vienen volando, se infiltran, se esconden y se instalan cómodamente entre las muchas ramas…
El Salvador no podría habernos pintado un cuadro más escueto y fiel, a la vez que dramático, de lo que Él percibía del futuro. Veía proyectado delante de sí todo el desarrollo descomunal del “cristianismo oficial”. Por maravillosos que fueran sus principios, también las otras corrientes y la dimensión demoníaca estaban abiertas delante de Él.
Para nosotros, los que miramos hacia atrás, la misma historia del cristianismo nos ha venido confirmando su realidad… Ni bien ha muerto el último de los doce apóstoles, cuando ya, a principios del siglo segundo, se empañan la sencillez y la pureza del Evangelio de Cristo, juntamente con la naturalidad espiritual de la iglesia. Pudieran parecernos cosas de poca monta, pero el desarrollo no para, cada vez cobra más ímpetu… Es en Apocalipsis, precisamente escrito por ese último apóstol, donde vemos su forma madura y extrema. Es tan espectacular que Juan, al verla en su visión, exclama: “Cuando la vi, ¡quedé asombrado con gran asombro!” (17:6).
El Maestro, en Juan 10:10, había resumido así la estrategia del gran ladrón: “hurto, homicidio y destrucción”. Lo que ahora estamos viendo puede, similarmente, resumirse en las siguientes estratagemas: infiltración disimulada, dominación despiadada, corrupción devastadora. ¡Qué significativo que al final de la larga lista de las “mercaderías” de ese “cristianismo oficial” figuren también “almas de hombres”…! (Ap. 18:11-13)
El remanente
No obstante, como en tiempos del Antiguo Testamento, ahora también, el Señor se reserva un “remanente”, que consiste de los hombres y mujeres que esquivan cualquier “fuente” de inspiración o revelación que no sea la de Las Escrituras. Ese remanente perdura hasta hoy. La “Iglesia de Roma” puede haber retrocedido, pero “el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma” (Hebreos 10:38-39).
Se perfila una división de los caminos, así como se dividiera el “camino de Abel” del “camino de Caín” (Génesis 4). Caín no necesitaba que Dios le enseñara nada acerca de la adoración; ¡él se reservaba el derecho de adorar como él quería! Mientras tanto, Abel estaba pendiente de su Dios… Esa misma división se ha hecho cada vez más pronunciada. Y, como en el caso de los dos hermanos, siempre le sigue el terrible conflicto.
Si para el mismo Mesías no había tolerancia, ni siquiera con los que tan religiosamente profesaban la fe de Abraham y Moisés, entonces para el remanente de tiempos neo-testamentarios no puede esperarse otra cosa. Jesús nos lo dijo con éstas (y con otras muchas) palabras: “os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos” (Marcos 13:9). En la lista de abajo están marcados algunos de los años en que, de parte de Roma, se desatan nuevas olas de indecibles sufrimientos para el remanente fiel. Uno de los años que destacan es el 1563.
Sin embargo, maravilla de maravillas, como en el tiempo de Jesús, con un José de Arimatea y un Nicodemo, Dios puede reservarse un remanente donde nadie sospeche de su existencia. José y Nicodemo eran miembros del Sanedrín (alto Consejo de los judíos en Jerusalén), pero ¡ellos no participaron en la condena del Mesías! Eran discípulos secretos, usados por su Señor para luego dar sepultura al cuerpo de Jesús.
En la Biblia el concepto de “remanente” tiene gran importancia; la palabra es usada 49 veces (7×7). En la corte del malvado Rey Acab había un Abdías, mayordomo del mismo rey. Con gran riesgo para su vida, escondía y alimentaba, clandestinamente, a cien profetas del Señor (1º Reyes 18).
Tenemos un indicio del remanente a finales del Antiguo Testamento, un remanente que perduraría hasta el mismo principio de los evangelios. Eran tiempos de rebelión y falsa religiosidad, pero, en medio de todo ello, están estas palabras del profeta Malaquías: “Entonces los que temían al Señor hablaron cada uno a su compañero; y el Señor escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen al Señor, y para los que piensan en su nombre. Y serán para mí especial tesoro…” (Mal. 3:16-17).
Así, dentro de la misma iglesia de Roma, queda un remanente… Aunque nosotros no entendamos cómo puedan estar allí todavía, Dios todo lo sabe y los conoce. El caso es que, antes de su total destrucción, Dios, desde el cielo, advierte a esos siervos suyos: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades” (Ap. 18).
Babilonia la Grande
Bien al principio del NT – en las parábolas de Mateo 13 – encontramos el divino pronóstico de lo que, durante muchos siglos, sería el desarrollo del cristianismo, el “reino-de-los-cielos”-en-la-tierra. Ya vimos que las “aves” son una clave importante. ¿Y qué descubrimos proyectado al final del NT? Hay un dramático desenlace y ¡de nuevo nos encontramos con las “aves”! Esta vez son desenmascaradas con todo lo que representan…
Para toda claridad es esencial tener en cuenta que en Apocalipsis el nombre codificado para Roma es “Babilonia”. La ciudad de Roma, igual como antes la ciudad de Babilonia, era la capital y el eje del mundo, sólo que Roma, como ciudad, como imperio y como sistema, era mucho más grande que Babilonia, mereciéndose el título de “Babilonia la Grande ”. Para Dios, no sólo la ciudad o el imperio, sino también el sistema religioso, eclesiástico, que se autodenominaría con el nombre de “Roma”, iba a estar identificado con ese título de “Babilonia”. Los antiguos “misterios” y “símbolos” religiosos de la original Babilonia, efectivamente, están en buena parte incorporados en las doctrinas, dogmas, concilios, jerarquías, santuarios, imágenes, tradiciones, cultos, liturgias, etc. de la iglesia de Roma.
Aunque su título de “Babilonia la Grande ” pudiera causar alguna confusión, no es difícil en Apocalipsis 17 identificar a la iglesia de Roma a través de lo que el apóstol Juan veía. Por ejemplo, al decir, “estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas”, Dios nos recuerda sobre las vestimentas, ornamentos y pompas tan habituales de sus altos clérigos, y ostentadas en sus rituales, imágenes, procesiones, etc.
El estar “ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús” es una clara referencia a los ríos de sangre, derramada en sus “inquisiciones” y demás persecuciones, las que llevó a cabo a través de los siglos. Los “siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer” no pueden sino aludir a la topografía de la ciudad de Roma con sus “siete montes”. Pero cuando el Señor le dice a Juan: “Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas”, le hace notar que la iglesia de Roma no está confinada a Roma, sino que tiene carácter global.
Son siete veces, ya a partir de 1ª Pedro 5:13, que el nombre para Roma y su “Iglesia” es “Babilonia”; las últimas tres en Apocalipsis 18. Allí encontramos descrita su suerte final: “Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: ‘Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible’” (Apocalipsis 18:1-2; compara 1ª Timoteo 4:1-3). Para Dios la iglesia de Roma ha sido, y es, “habitación, guarida y albergue de todo lo inmundo y aborrecible”. ¡Hoy están impactando en todo el mundo las revelaciones espantosas! ¡Más que nunca antes! Salen a la luz hoy, pero son el preludio de su caída estrepitosa mañana.
Gracias por la gracia
En contraste con las “fuentes romanas”, el Salvador ofrece, y da, “agua viva” al que tiene sed de luz, de perdón, de vida eterna, de paz y de seguridad. Son las grandes necesidades del ser humano, que no son respondidas en ninguna otra parte.
¡Lo que el Salvador ofrece es sin precio! La mente humana, por otra parte – fructífera, engañosa e inspirada por una mente maligna superior – ha pretendido mejorar el ofrecimiento divino, y venderlo a un alto precio. ¿Qué es lo que así logró el hombre? Logró que sus múltiples tradiciones, maquinaciones y supersticiones enturbiaran y envenenaran las aguas puras y cristalinas del evangelio del amor de Dios.
Pero, a pesar de tales obstáculos, y sólo por la gracia de Dios, incontables hombres y mujeres, a través de los siglos, ¡bebieron de la única fuente verdadera! Encontraron plena satisfacción en las aguas puras del sencillo evangelio bíblico. ¡Ellos son los redimidos del Señor! En algún momento, entre el día de Pentecostés (cuando nace la iglesia de Cristo) y el día del Arrebatamiento (cuando su Señor la recoge), “pasaron de muerte a vida” (Jn. 5:24), es decir, recibieron de todo corazón a Jesucristo como Salvador y Señor de su vida (Jn. 1:12-13). Ahí entraron a formar parte, no necesariamente de una “denominación” eclesiástica terrenal, sino de “la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” (Hechos 20:28).
¿Por qué este cuerpo de creyentes se llama “iglesia del Señor”? ¡Porque Jesucristo es su Arquitecto, su Constructor, su Fundamento, su Sumo Sacerdote, su Cabeza, su Pastor y su Esposo!
¿Qué de su construcción?
Cuando Pedro confiesa “¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente!”, Jesús promete edificar Su iglesia sobre este único fundamento. No sobre un “San Pedro”, sino sobre lo enunciado por Pedro, el discípulo. No existe otro fundamente válido. Dice Jesús: “Sobre esta roca edificaré mi iglesia” (Mt. 16:16-18).
Pensando en su “construcción” a través de los siglos, ¿qué conclusiones sacamos? ¿Que el Arquitecto y Constructor, al final, debió de dejar el asunto en manos de hombres? ¿Qué nosotros, por iniciativa propia, según nuestro criterio y con capacidad humana, proveamos materiales, intervengamos en la construcción, alteremos detalles del plan divino, etc.? ¿Dio Cristo provisión para que “santos concilios” decreten y solemnicen lo que para Dios no es sino abominación? Jesús dijo: “Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, ¡delante de Dios es abominación!” (Lucas 16:15).
¿Son aplicables estas palabras del Salvador al romanismo? Consideremos la siguiente admisión de la Iglesia de Roma, traducida literalmente de la ‘Roman Catholic Encyclopedia’:
“No hace falta acobardarnos ante la admisión de que las velas, como el incienso y el agua bendita, fueran comúnmente empleadas en la adoración pagana y en los ritos de homenaje a los muertos. Pero la Iglesia , desde un período muy temprano, los tomó en su servicio, como igualmente adoptara otras muchas cosas, indiferentes en sí mismas, que parecían apropiadas, para embellecer el esplendor del ceremonial religioso. No debemos olvidar que la mayoría de tales accesorios de la adoración, como la música, luces, perfumes, abluciones, decoraciones florales, baldaquines, abanicos, pantallas, campanillas, vestimentas, etc., no eran identificados con algún culto idólatra en particular, sino que eran comunes para casi todos los cultos.”
En otro tiempo, Dios llegó al siguiente veredicto acerca de su pueblo: “¡No han hecho más que provocarme a ira con la obra de sus manos, dice el Señor!” (Jeremías 32:30). Y, a través de los tiempos, cualquier cosa fraguada y aportada por la mente humana, para ‘mejorar’, ‘engrandecer’, ‘embellecer’ o ‘avanzar’ la obra de Dios, así sutilmente apropiándose de ella, sólo encuentra el rechazo terminante de su Divino Arquitecto.
Así entendieron sus apóstoles, así obedecieron y así enseñaron.
(Las “innovaciones” listadas a continuación están todas ampliamente documentadas en las enciclopedias católicas y en el Internet, siendo la cita de arriba una muestra elocuente.)
Las Cosas de Roma
y sus años de aparición.
Algunas fechas son aproximadas.
1 190 Aparecen conjeturas de ciertos “padres de la iglesia” de que el bautismo “limpie” y “regenere” – “por medio del agua sagrada” – y que un bautismo infantil sea apropiado (Ireneo y otros).
2 210 Empiezan a usarse los conceptos y términos de “clero” y “clérigos”, para indicar una casta sagrada y privilegiada entre los “laicos”, sin la cual una congregación no puede funcionar (así los “nicolaítas” ya en Apocalipsis 2:6 y 15).
3 300 Se hacen imprescindibles los “altares”.
Comienzan a elevarse oraciones a favor de los muertos.
4 310 Comienza la costumbre de hacer la “señal de la cruz” (el persignarse).
5 320 Reconocido el valor de “velas encendidas”.
6 330 Surgimiento (en serio) del monasticismo.
7 350 Establecida la fecha del 25 de diciembre para celebrar el nacimiento de Cristo (Navidad) (Julio I, “Obispo de Roma”).
8 375 Los “santos” y los ángeles venerados.
9 394 La “misa” celebrada diariamente.
10 400 Los Diez Mandamientos mutilados; es decir, en su resumen y enseñanza, el segundo mandamiento (que prohíbe tajantemente las imágenes religiosas) es suprimido y el décimo cortado en dos. El abuso es perpetuado hasta el tiempo presente por medio del catecismo católico. El cuarto mandamiento es cambiado por “Santificarás las fiestas” (Agustín de Hipona).
11 405 Incluida en el Nuevo Testamento latino (es decir, en “ La Vulgata”, en varios versículos) la palabra griega para “anciano”, que es “presbítero”. La Iglesia la malinterpreta por “preste” o “sacerdote”, dando así legitimidad al “sacerdotalismo cristiano” (Traductor Jerónimo).
12 432 Abierto el camino hacia la adoración de María, en base a que, más que “madre de Jesús”, fuera “Madre de Dios” y “perpetuamente virgen” (Concilio de Éfeso).
13 440 León I (“el Grande”) primer “papa” en aplicarse el título de “Pontifex Maximus” (Sumo Sacerdote), título pagano antiguo y honorífico de los emperadores. El Emperador Graciano el Joven (en 382), rechazándolo por sus connotaciones paganas e idólatras, llegó a ser el primer emperador que dejó de ostentarlo.
14 451 El título de “Papa” oficialmente conferido sobre los “Obispos de Roma”.
Abierta la posibilidad de que intercedan a favor nuestro los “santos mártires en el cielo” (León I, Concilio de Calcedonia).
15 500 El “clero” lleva vestimentas distintivas.
16 526 Es practicada la “Extrema Unción”.
17 591 Gregorio I (“el Grande”) reclama ser “Sucesor de San Pedro” y “Vicario de Cristo en la tierra”.
18 592 Enseña que no hay salvación fuera de la Iglesia CAR (católica apostólica romana), de la cual él es “cabeza visible”.
19 593 Promulga la doctrina del “purgatorio”.
20 595 Estimula el uso de imágenes en las iglesias, aunque no de su adoración.
21 600 Obliga al “culto” en latín.
Es practicada la quema de incienso.
“Culto” dado a María, a los ángeles y a los “santos” muertos.
22 606 Los reclamos de supremacía papal firmemente arraigados.
23 650 Fiestas celebradas en honor de la “Virgen María”.
24 709 Comienza la costumbre de besar el pie del papa (Papa Constantino).
25 752 Reconocida la “soberanía temporal” de los papas.
26 787 Oraciones a los “santos” oficialmente autorizadas (2º Concilio de Nicea).
Recomendado el quemarles incienso y encender luces en su honor.
27 788 Autorizada la veneración de reliquias (id).
28 800 El primer uso del “rosario”, copiado de los mantras hindúes.
29 850 Inventada el “agua bendita”.
30 890 Establecido el “culto” a San José.
31 965 Bautismo de campanas (Juan XIII).
32 993 Formalizada la “canonización de santos” (Juan XV).
33 998 Reglamentados los “ayunos” de “cuaresma” y de los viernes.
34 1000 La “misa” desarrollada gradualmente como “sacrificio”.
35 1003 Se celebran fiestas en honor a los muertos.
36 1048 Se establecen órdenes de “monjes guerreros” (Caballeros de S. Juan de Jerusalén).
37 1059 Regulada la elección “pontificia” por los “cardenales”, incluyendo la creación del “cónclave” (Sínodo Lateranense).
38 1075 Promulgada la “infalibilidad” del papa y de la Iglesia (Gregorio VII).
39 1090 Uso de cuentas para el “rezo” del “rosario” (inventadas por Pedro el Ermitaño).
40 1095 Urbano II predica la guerra santa (“Cruzada”) contra los musulmanes que ocupan “Tierra Santa”, prometiendo remisión de pecados a los que participen (Concilio de Clermont).
41 1123 Decretado el “celibato sacerdotal” (Concilio Lateranense I).
42 1164 Definidos los “sacramentos” como “signos” que, no sólo signifiquen la gracia, sino que “confieran la gracia”.
Siete sacramentos son enumerados.
43 1190 Venta de “indulgencias”.
44 1200 El pan sustituido por la oblea en la misa.
45 1215 El dogma de la “Transubstanciación” proclamado.
Instituida oficialmente la “Confesión Auricular” (Inocencio III, Concilio Lateranense IV).
46 1220 Decretada la adoración de la “Hostia” (Honorio III).
47 1229 La Biblia prohibida a los “laicos” y colocada en el “Índice de Libros Prohibidos” (Concilio de Valencia).
48 1232 Constituida la “Inquisición” (contra los “herejes” en el sur de Francia).
49 1251 Introducido el “escapulario” (Simón Stock – Orden de los Carmelitas).
50 1264 Institución de la festividad de “Corpus Christi” (Urbano IV).
51 1311 Declarado legítimo el bautismo por aspersión (Concilio de Rávena).
52 1415 La copa negada a los “laicos” (Concilio de Constanza).
53 1439 Confirmada la doctrina de “siete sacramentos”.
El “purgatorio” oficialmente promulgado (Concilio de Florencia).
54 1478 Fundado en España el “Santo Oficio de la Inquisición” (Reyes Católicos).
55 1534 Iniciada la orden de la “Sociedad de Jesús” (los jesuitas) (Ignacio de Loyola).
56 1546 Los libros apócrifos añadidos al canon de las Escrituras (Tobit, Judit, 1º & 2º Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc), a pesar de que el Antiguo Testamento hebreo no contaba (ni cuenta) con ellos; mucho menos el Nuevo.
Hay dos fuentes de revelación: “la Tradición” y las Escrituras (Concilio de Trento).
57 1563 Más de cien “anatemas” (de divina y eterna maldición), oficialmente vigentes hasta el día de hoy, lanzados contra todos los “herejes protestantes” (id).
58 1568 Fraguada la fórmula definitiva del “Ave María” – el rezo a María que cada católico repite interminablemente – en que se le pronuncia “llena de gracia” (aunque el ángel en realidad dijera “muy agraciada”), y se le pide: “Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte” (Pío V).
59 1634 El papa queda con el exclusivo derecho de beatificación (la que da “permiso” de veneración local de un “beato”) y canonización (la que crea el “precepto”de culto universal a un “santo”), derecho que hasta ese momento ejercía cualquier “obispo” (Urbano VII).
60 1854 Proclamada la “Inmaculada Concepción” – María concebida sin mancha de pecado (Pío IX).
61 1864 Proclamados los poderes temporales del papa sobre todos los gobiernos (id).
62 1870 Proclamado el dogma de la “Infalibilidad del Papa”, cuando habla “ex cátedra” (Concilio Vaticano I).
63 1918 Promulgado oficialmente para María el papel de “Co-Redentora con Cristo” (Benedicto XV).
64 1950 Proclamado el dogma de la “Asunción” física de María al cielo (Pío XII).
65 1954 Reconocimiento oficial de María como “Reina del Cielo” (y no sólo del cielo, también del rosario, de los patriarcas, profetas, etc.) (id).
66 1965 Conferido sobre María el título de “Mediadora” (Concilio Vaticano II).
Índice
1. ¿Escritura con tradición? ¿Escritura con magisterio?
La Palabra de Dios es única, inspirada, completa, soberana, inviolable, inmejorable, eterna.
2. ¿Concilios? ¿Tradiciones? ¿Dogmas? ¿Encíclicas?
Cristo y sus apóstoles dejaron serias advertencias acerca de “los falsos” – los que aparentan, pero no son.
3. ¿Religiosidad?
La verdadera adoración es sencilla y sincera.
4. ¿Obispo de Roma? ¿Sucesor de San Pedro? ¿Su Santidad el Papa? ¿Santo Padre? ¿Sumo Pontífice? ¿Vicario de Cristo? ¿Cabeza Visible de la Iglesia?
Cristo, el Señor, es todo. Él es “la Roca”; Pedro es una “piedra”.
5. ¿Madre de Dios? ¿Madre de la Iglesia? ¿Reina del Cielo? ¿Mediadora de todas las gracias? ¿Co-Redentora?
María – salvada por gracia – es sierva de Dios y madre de Jesús.
6. ¿Perpetua virginidad?
María, esposa fiel, después de tener a Jesús, llegó a ser madre de cuatro hijos varones más y varias hijas.
7. ¿Confesión auricular ante un hombre pecador? ¿Penitencia?
Dios mismo acepta el arrepentimiento y la confesión; es Él quien perdona.
8. ¿Obras Meritorias?
Es la gracia de Dios (su favor no merecido), la que salva al pecador, cuando es recibida por sencilla fe.
9. ¿Salvación en la Iglesia? ¿En María? ¿En los sacramentos? ¿En “mi director espiritual”? ¿En mis obras?
La salvación no puede estar más que en el Salvador, en Jesucristo, exclusivamente.
10. ¿Purgatorio? ¿Escapulario? ¿Indulgencias? ¿Reliquias?
El creyente renacido tiene seguridad de salvación en Cristo, ahora y eternamente.
11. ¿Bautismo regeneracional? ¿Aspersión de bebés? ¿Agua Bendita?
El Señor manda que sean bautizados los “discípulos”, es decir, los ya renacidos por la Palabra de Dios.
12. ¿Clero? ¿Sacerdocio? ¿Jerarquía? ¿Celibato? ¿Vestimentas litúrgicas?
El sacerdocio del Nuevo Testamento es universal. Participa cada creyente auténtico.
13. ¿Misa? ¿Transubstanciación? ¿Corpus Christi? ¿Altar? ¿Sacrificio incruento? ¿Sagrario?
Él se ofreció a sí mismo, una sola vez para siempre; desde entonces es conmemorado en el “partimiento del pan”.
14. ¿Imágenes? ¿Crucifijos? ¿Estampas? ¿Medallas?
¡El segundo mandamiento de la ley de Dios sigue vigente (no a la manera del catecismo, sino tal como viene en la eterna Palabra de Dios)!
15. ¿Rosario? ¿Rezos a los muertos? ¿Rezos por los muertos?
El Espíritu Santo, usando la Biblia, le enseña al creyente como orar y encontrarse en la misma presencia de Dios.
16. ¿Santificar las fiestas?
La Biblia señala las “fiestas” israelitas, pero no prescribe “fiestas” para la iglesia. El creyente normal siempre está regocijado, y celebra su Señor cada domingo, y cada vez que se reúne con sus hermanos.
17. ¿Extremaunción? ¿Santos óleos?
El creyente enfermo ora con los ancianos de la congregación por la recuperación de su salud.
18. ¿Velas? ¿Cirios?
Cristo es la Luz del Mundo.
19. ¿Incienso?
Sólo la vida redimida y obediente rinde el grato olor que Dios busca.
20. ¿Roma? ¿Ciudad Eterna? ¿Santa Sede? ¿Vaticano? ¿Basílica de San Pedro?
No hay ya “santuario” terrenal para el “ciudadano del cielo”. Sólo reconoce la “ciudad celestial” y la “casa celestial”.
1. ¿Escritura con tradición? ¿Escritura con magisterio?
La Palabra de Dios es única, inspirada, completa, soberana, inviolable, inmejorable, eterna.
Deuteronomio 4:2; 12:32:
“No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos del Señor vuestro Dios que yo os ordeno.”
“Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás.”
Proverbios 30:5-6:
“Toda palabra de Dios es limpia… No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso.”
Salmo 119:9-11; 103-105; 129-130:
“¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra… En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.”
“¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca. De tus mandamientos he adquirido inteligencia; por tanto, he aborrecido todo camino de mentira. Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.”
“Maravillosos son tus testimonios; por tanto, los ha guardado mi alma. La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.”
Mateo 22:29:
“Respondiendo Jesús, les dijo: ‘Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios’.”
Marcos 7:6-13:
“Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías: ‘Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.’ Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres… Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición… Y muchas cosas hacéis semejantes a estas.”
Lucas 21:33:
“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”
Juan 5:39; 6:63; 10:35:
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí…”
“El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.”
“La Escritura no puede ser quebrantada.”
Romanos 15:4:
“Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.”
1ª Corintios 15:1-4:
“Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras…”
2ª Timoteo 3:15-17:
“Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
2ª Corintios 2:17; 4:2:
“No somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios.”
“Renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios.”
Colosenses 2:8; 16-23:
“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.”
“Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios… ¿Por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.”
2ª Pedro 2:19-21:
“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”
Apocalipsis 22:18-19:
“Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.”
2. ¿Concilios? ¿Tradiciones? ¿Dogmas? ¿Encíclicas?
Cristo y sus apóstoles dejaron serias advertencias acerca de “los falsos” – los que aparentan, pero no son.
Cristo, la Cabeza de la iglesia –
Mateo 7:15-23:
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’ Y entonces les declararé: ‘Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad’.”
Marcos 13:5-6:
“Mirad que nadie os engañe; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: ‘Yo soy el Cristo’; y engañarán a muchos.”
Juan 10:10-13:
“El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.”
El apóstol Pablo –
Hechos 20:29-30:
“Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.”
Romanos 16:17-18:
“Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos.”
2ª Corintios 11:4, 13-15:
“Si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis.”
“Éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.”
Gálatas 1:6-9:
“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.”
1ª Timoteo 4:1-11; 6:3-5:
“El Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado… Desecha las fábulas profanas y de viejas… Esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen. Esto manda y enseña…”
“Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.”
2ª Timoteo 2:23; 3:5-6; 4:3-4:
“Desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas.”
“Tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias.”
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.”
Hebreos 13:9:
“No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.”
El apóstol Pedro –
1ª Pedro 2:1-3:
“Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor.”
2ª Pedro 2:1-3:
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.”
El apóstol Juan –
1ª Juan 2:18-26:
“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad… Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre. Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna. Os he escrito esto sobre los que os engañan.”
1ª Juan 4:1:
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.”
3. ¿Religiosidad?
La verdadera adoración es sencilla y sincera.
Mateo 4:10; 6:5-8; 18:20:
“Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.”
“Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta,ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”
“Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”
Lucas 1:46-48:
“Entonces María dijo: ‘Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva…’”
Juan 4:23-24:
“La hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”
Colosenses 2:16-23:
“Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios… ¿Por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: ‘No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres)’, cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.”
Apocalipsis 3:15-20:
“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: ‘Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad’; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo, sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”
4. ¿Obispo de Roma? ¿Sucesor de San Pedro? ¿Su Santidad el Papa? ¿Santo Padre? ¿Sumo Pontífice? ¿Vicario de Cristo? ¿Cabeza Visible de la Iglesia?
Cristo, el Señor, es todo. Él es “la Roca”; Pedro es una “piedra”.
Deuteronomio 32:4:
“Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; es justo y recto.”
2º Samuel 22:2-3, 32, 47:
“El Señor es mi Roca y mi fortaleza, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré… Porque ¿quién es Dios, sino sólo el Señor? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? … Viva el Señor, y bendita sea mi Roca, y engrandecido sea el Dios de mi salvación.”
Salmos 62:6-7; 73:26; 95:1:
“Él solamente es mi Roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. En Dios está mi salvación y mi gloria; en Dios está mi roca fuerte…”
“Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.”
“Venid, aclamemos alegremente al Señor; cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.”
Mateo 16:15-18, 22-23; 23:9-10:
“El les dijo: ‘Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?’ Respondiendo Simón Pedro, dijo: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente’, Entonces le respondió Jesús: ‘Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro (‘petros’ en griego = piedra), y sobre esta Roca (‘petra’ en griego) edificaré mi iglesia’.”
“Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: ‘Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca’. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ‘¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres’.”
“No llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.”
Marcos 10:42-44:
“Jesús, llamándolos, les dijo: ‘Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos’.”
Hechos 10:25-26:
“Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. Mas Pedro le levantó, diciendo: ‘Levántate, pues yo mismo también soy hombre’.”
1ª Corintios 3:11:
“Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”.
Gálatas 2:11-13:
“Cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos.”
Efesios 1:20-23; 2:19-22:
“Cristo… sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.”
“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”
Hebreos 2:17; 3:1; 4:14-15; 7:26-28; 9:11-12:
“(Cristo) debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.”
“Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús…”
“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
“Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.”
“Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, …por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.”
1ª Pedro 2:4-6:
“Acercándoos a Él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también contiene la Escritura: ‘He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en Él, no será avergonzado’.”
Apocalipsis 17:3:
“…y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia…”
5. ¿Madre de Dios? ¿Madre de la Iglesia? ¿Reina del Cielo? ¿Mediadora de todas las gracias? ¿Co-Redentora?
María – salvada por gracia – es sierva de Dios y madre de Jesús.
Jeremías 44:25-27:
“Así ha hablado el Señor…, Dios de Israel, diciendo: Vosotros y vuestras mujeres hablasteis.., diciendo: ‘Cumpliremos efectivamente nuestros votos que hicimos, de ofrecer incienso a la reina del cielo y derramarle libaciones…’ Por tanto, oíd palabra del Señor… ‘He aquí que yo velo sobre ellos para mal, y no para bien…’”
Isaías 43:11, 13:
“Yo, yo el Señor, y fuera de mí no hay quien salve… – y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?”
Mateo 6:6-8:
“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta,ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”
Lucas 1:3, 47-48; 11:27-28:
“María dijo: ‘He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra’.”
“Mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva…”
“Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: ‘Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste’. Y él dijo: ‘Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan’.”
Juan 2:5:
“Su madre dijo…: ‘Haced todo lo que os dijere’.”
Hechos 1:14-15 (última mención de “María” en la Biblia, siendo ella totalmente omitida en los 27 capítulos restantes de Hechos, y en los siguientes 22 libros del Nuevo Testamento, escritos por Lucas, Pablo, Santiago, Pedro, Juan y Judas):
“Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos… (y los reunidos eran como ciento veinte en número).”
Romanos 3:10-12; 22-25:
“Como está escrito: ‘No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.”
“Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre…”
1ª Timoteo 2:5-6:
“Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos…”
6. ¿Perpetua virginidad?
María, esposa fiel, después de tener a Jesús, llegó a ser madre de cuatro hijos varones más y varias hijas.
Salmo 69:8 (Jesús hablando en profecía a través de David):
“Extraño he sido para mis hermanos, y desconocido para los hijos de mi madre.”
Mateo 1:18-25; 12:46-50; 13:55-56:
“El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.
“Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: ‘He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar’. Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ‘¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?’ Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ‘He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre’.”
“¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros?”
Juan 7:3-5:
“Le dijeron sus hermanos: ‘Sal de aquí, y vete a Judea…’. Porque ni aun sus hermanos creían en él.”
7. ¿Confesión auricular ante un hombre pecador? ¿Penitencia?
Dios mismo acepta el arrepentimiento y la confesión; es Él quien perdona.
Salmos 32:1-5; 41:4; 49:7-8; 51:3-4:
“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad, en cuyo espíritu no hay engaño. Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano. Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: ‘Confesaré mis transgresiones al Señor’; y tú perdonaste la maldad de mi pecado.”
“Yo dije: ‘Señor, ten misericordia de mí; sana mi alma, porque contra ti he pecado’.”
“Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate (porque la redención de su vida es de gran precio, y no se logrará jamás).”
“Yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos.”
Proverbios 28:13:
“El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.”
Marcos 10:45:
“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
Lucas 15:20-24; 24:45-47:
“Levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo’. Pero el padre dijo a sus siervos: ‘Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado’. Y comenzaron a regocijarse.”
“Les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: ‘Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén’.”
Hechos 8:20-23:
“Entonces Pedro le dijo: ‘Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás’.”
1ª Juan 1:8-10:
“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a Él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.”
8. ¿Obras Meritorias?
Es la gracia de Dios (su favor no merecido), la que salva al pecador, cuando es recibida por sencilla fe.
Juan 6:28-29:
“Entonces le dijeron: ‘¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?’ Respondió Jesús y les dijo: ‘Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado’.”
Romanos 3:22-25; 5:2-8; 10:6:
“La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre…”
“Si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? ‘Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia’. Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: ‘Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado’.”
“Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.”
Efesios 2:1-10:
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
Tito 3:3-7:
“Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.”
9. ¿Salvación en la Iglesia? ¿En María? ¿En los sacramentos? ¿En “mi director espiritual”? ¿En mis obras?
La salvación no puede estar más que en el Salvador, en Jesucristo, exclusivamente.
Salmo 146:3:
“No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.”
Isaías 43:11:
“Yo, yo el Señor, y fuera de mí no hay quien salve.”
Juan 4:14; 5:24; 6:35, 67-69; 14:6:
“El que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”
“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.”
“Dijo entonces Jesús a los doce: ‘¿Queréis acaso iros también vosotros?’ Le respondió Simón Pedro: ‘Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente’.”
“Jesús le dijo: ‘Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí’.”
Hechos 4:11-12:
“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”
Romanos 6:23; 10:8-13:
“La paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
“Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”
1ª Juan 5:11-13:
“Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”
Apocalipsis 19:1:
“Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ‘¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro…’”
10. ¿Purgatorio? ¿Escapulario? ¿Indulgencias? ¿Reliquias?
El creyente renacido tiene seguridad de salvación en Cristo, ahora y eternamente.
Mateo 15:8-9:
“Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.”
Juan 3:16; 5:24; 10:27-30; 14:1-4:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos.”
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.”
Romanos 5:1-2:
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.”
2ª Corintios 5:1-8:
“Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos… Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.”
Filipenses 1:21-23:
“Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia… Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor.”
1ª Juan 5:11-13:
“Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”
11. ¿Bautismo regeneracional? ¿Aspersión de bebés? ¿Agua Bendita?
El Señor manda que sean bautizados los “discípulos”, es decir, los ya renacidos por la Palabra de Dios.
La regeneración por la Palabra –
Juan 5:24:
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna…”
Romanos 10:11-17:
“Pues la Escritura dice: ‘Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado’. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo… Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”
Efesios 1:13:
“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa…”
Tito 3:4-7:
“Cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.”
Santiago 1:18:
“Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.”
1ª Pedro 1:23-25:
“Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: ‘Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; mas la palabra del Señor permanece para siempre.’ Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.”
El bautismo por inmersión en agua –
Juan 3:23:
“Juan bautizaba… en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados.”
Mateo 28:19:
“Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo…”
Hechos 8:35-39; 10:47-48; 18:8:
“Felipe…le anunció el evangelio de Jesús. Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: ‘Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?’ Felipe dijo: ‘Si crees de todo corazón, bien puedes’. Y respondiendo, dijo: ‘Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios’. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino.”
“Respondió Pedro: ‘¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?’ Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús.”
“Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados.”
1ª Corintios 1:17:
“Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio…”
Colosenses 2:12-13:
“Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.”
12. ¿Clero? ¿Sacerdocio? ¿Jerarquía? ¿Celibato? ¿Vestimentas litúrgicas?
El sacerdocio del Nuevo Testamento es universal. Participa cada creyente auténtico.
Cristo, la Cabeza de la iglesia –
“Os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy YO en medio de ellos.”
“Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”
Marcos 10:42-44:
“Jesús, llamándolos, les dijo: ‘Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos’.”
Apocalipsis 2:6, 15-16
“Las obras de los nicolaítas, las cuales yo… aborrezco…”
“Tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. Por tanto, ¡arrepiéntete…!”
El apóstol Pablo –
Romanos 12:3-8:
“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.”
Efesios 4:7-16:
“A cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo… Crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”
1ª Timoteo 3:2-5:
“Es necesario que el obispo (sobreveedor) sea irreprensible, marido de una sola mujer…, que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?).”
Hebreos 10:19-22:
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia…”
El apóstol Pedro –
Hechos 2:17-18:
“Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán…; de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.”
1ª Pedro 2:5, 9-10; 5:1-4:
“Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.”
“Vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.”
“Ruego a los ancianos que están entre vosotros…: ‘Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria’.”
El apóstol Juan –
Apocalipsis 5:9-10; 17:4:
“Tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.”
“Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación…”
13. ¿Misa? ¿Transubstanciación? ¿Corpus Christi? ¿Altar? ¿Sacrificio incruento? ¿Sagrario?
Cristo Jesús se ofreció a sí mismo, una sola vez para siempre; desde entonces es conmemorado en el “partimiento del pan”.
Juan 6:63:
“El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.”
Hechos 2:42:
“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.”
1ª Corintios 10:16-17; 11:23-28:
“El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan.”
“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: ‘Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí’. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: ‘Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí’. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.”
Hebreos 7:26-27; 9:26; 10:10-14; 17-18; 13:10, 15-16:
“Tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.”
“Ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.., porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados”
“Somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios.”
“Nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.”
“Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo… Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.”
14. ¿Imágenes? ¿Crucifijos? ¿Estampas? ¿Medallas?
¡El segundo mandamiento de la ley de Dios sigue vigente (no a la manera del catecismo, sino tal como viene en la eterna Palabra de Dios)!
Éxodo 20:4-5:
“No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra… No te inclinarás a ellas, ni las honrarás;porque yo soy el Señor tu Dios…”
Deuteronomio 4:16, 23-24; 7:25-26; 27:15:
“Para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra… Guardaos, no os olvidéis del pacto del Señor vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y no os hagáis escultura o imagen de ninguna cosa que el Señor tu Dios te ha prohibido. Porque el Señor tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.”
“Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego… y no traerás cosa abominable a tu casa, para que no seas anatema; del todo la aborrecerás y la abominarás, porque es anatema.”
“Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación al Señor, obra de mano de artífice…”
Salmos 97:7; 115:4-8:
“Avergüéncense todos los que sirven a las imágenes de talla, los que se glorían en los ídolos.”
“Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; tienen ojos, mas no ven; orejas tienen, mas no oyen; tienen narices, mas no huelen; manos tienen, mas no palpan; tienen pies, mas no andan; no hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, y cualquiera que confía en ellos.”
Isaías 42:17; 44:9-10; 45:16:
“Serán vueltos atrás y en extremo confundidos los que confían en ídolos, y dicen a las imágenes de fundición: ‘Vosotros sois nuestros dioses’.”
“Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden. ¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de provecho?”
“Confusos y avergonzados serán todos ellos; irán con afrenta todos los fabricadores de imágenes.”
Habacuc 2:18:
“¿De qué sirve la escultura que esculpió el que la hizo? ¿La estatua de fundición que enseña mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe el hacedor en su obra?”
Hechos 17:29:
“No debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.”
1ª Corintios 10:14-15, 19-20:
“Por tanto, amados míos, huid de la idolatría. Como a sensatos os hablo; juzgad vosotros lo que digo.”
“¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios.”
2ª Corintios 5:16:
“De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.”
1ª Juan 5:20-21:
“Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.”
15. ¿Rosario? ¿Rezos a los muertos? ¿Rezos por los muertos?
El Espíritu Santo, usando la Biblia, le enseña al creyente como orar y encontrarse en la misma presencia de Dios.
“No aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti… quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con el Señor cualquiera que hace estas cosas.”
Isaías 8:19-20:
“¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.”
2º Samuel 12:22-23:
“(David) respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.”
Salmos 5:2-3; 34:4-9; 42:8; 66:17-20:
“Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré. Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.”
“Busqué al Señor, y él me oyó, y me libró de todos mis temores. Los que miraron a él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó, y le oyó el Señor, y lo libró de todas sus angustias. El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Gustad, y ved que es bueno el Señor;dichoso el hombre que confía en él. Temed al Señor, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen.”
“Pero de día mandará el Señor su misericordia, y de noche su cántico estará conmigo, y mi oración al Dios de mi vida.”
“A él clamé con mi boca, y fue exaltado con mi lengua. Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado. Ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica. Bendito sea Dios, que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.”
Jeremías 33:2-3:
“Así ha dicho el Señor, que hizo la tierra…: ‘¡Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces!’”
Jonás 2:7:
“Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.”
Lucas 11:1:
“Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar.”
Mateo 6:5-8:
“Cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar… para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta,ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”
Romanos 8:26-27:
“El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.”
Filipenses 4:6-7:
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
Hebreos 4:16; 10:19-22:
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe…”
16. ¿Santificar las fiestas?
La Biblia señala las “fiestas” israelitas, pero no prescribe “fiestas” para la iglesia. El creyente normal siempre está regocijado, y celebra su Señor cada domingo, y cada vez que se reúne con sus hermanos.
Isaías 1:13-14:
“Son iniquidad vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas.”
Lucas 15:24, 32:
“Este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse…”
“Era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.”
Hechos 2:46:
“Partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón…”
Filipenses 2:18; 4:4:
“Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo.”
“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ‘¡Regocijaos!’”
Colosenses 2:16-19:
“Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.”
17. ¿Extremaunción? ¿Santos óleos?
El creyente enfermo ora con los ancianos de la congregación por la recuperación de su salud.
Salmo 6:2; 23:5; 103:3-4; 147:3:
“Ten misericordia de mí, oh Señor, porque estoy enfermo; sáname, oh Señor, porque mis huesos se estremecen.”
“Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.”
“Él es quien perdona todas tus iniquidades, Él que sana todas tus dolencias; Él que rescata del hoyo tu vida, Él que te corona de favores y misericordias…”
“Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.”
Proverbios 3:7-8; 29:1:
“No seas sabio en tu propia opinión; teme al Señor, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos.”
“El hombre que reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado, y no habrá para él medicina.”
Isaías 61:3:
“… a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado…”
Santiago 5:14-15:
“¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará.”
18. ¿Velas? ¿Cirios?
Cristo es la Luz del Mundo.
Isaías 50:11:
“He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados.”
Salmo 27:1:
“El Señor es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?”
Proverbios 4:18:
“La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.”
Mateo 5:16:
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
Juan 8:12; 12:46:
“Otra vez Jesús les habló, diciendo: ‘Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida’.”
“Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.”
2ª Corintios 4:6:
“Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.”
1ª Pedro 2:9:
“Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.”
2ª Pedro 2:19:
“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro.”
1ª Juan 2:10:
“El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.”
19. ¿Incienso?
Sólo la vida redimida y obediente rinde el grato olor que Dios busca.
Isaías 1:13:
“No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación…”
Jeremías 6:20; 44:15-25:
“¿Para qué a mí este incienso…? Vuestros holocaustos no son aceptables, ni vuestros sacrificios me agradan.”
“‘Ciertamente pondremos por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer incienso a la reina del cielo…, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes…’ ¿No se ha acordado el Señor, y no ha venido a su memoria el incienso que ofrecisteis…? Y no pudo sufrirlo más el Señor, a causa de la maldad de vuestras obras, a causa de las abominaciones que habíais hecho… Porque ofrecisteis incienso y pecasteis contra el Señor, y no obedecisteis a la voz del Señor, ni anduvisteis en su ley ni en sus estatutos ni en sus testimonios… Así ha hablado el Señor…: Vosotros y vuestras mujeres hablasteis con vuestras bocas, y con vuestras manos lo ejecutasteis, diciendo: ‘Cumpliremos efectivamente nuestros votos que hicimos, de ofrecer incienso a la reina del cielo…’, confirmáis a la verdad vuestros votos, y ponéis vuestros votos por obra.”
Juan 4:23-24:
“La hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”
2ª Corintios 2:15-16:
“Para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida.”
Efesios 5:2:
“Andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.”
Colosenses 2:23:
“Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario…; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.”
Apocalipsis 5:8:
(En el cielo habrá) “copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos” (creyentes).
20. ¿Roma? ¿Ciudad Eterna? ¿Santa Sede? ¿Vaticano? ¿Basílica de San Pedro?
No hay ya “santuario” terrenal para el “ciudadano del cielo”. Sólo reconoce la “ciudad celestial” y la “casa celestial”.
Salmo 127:1:
“Si el Señor no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican.”
Hechos 7:48-51; 17:24-25:
“El Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta: ‘El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis?’ dice el Señor; ‘¿o cuál es el lugar de mi reposo? ¿No hizo mi mano todas estas cosas?’ ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.”
“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.”
Efesios 2:21-22:
“Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”
Filipenses 3:18-20:
“Por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”
Hebreos 10:19-22; 11:10, 15-16; 13:14:
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe…”
“La ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.”
“Si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.”
“No tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.”
Apocalipsis 17:1-6, 9, 15, 18; 18:1-9, 16-17; 19:1-6:
“Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: ‘Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación’. Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro, lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: ‘BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA’. Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro.”
“Esto, para la mente que tenga sabiduría: ‘Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer…’”
“Me dijo también: ‘Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas’.”
“Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra.”
“Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga. Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio…”
“¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas.”
“Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ‘¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella’. Otra vez dijeron: ‘¡Aleluya!’ Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos… ‘¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!’”
te pueden hacer sabio
para la salvación por la fe
que es en Cristo Jesús.
Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil
para enseñar,
para redargüir,
para corregir,
para instruir en justicia,
a fin de que el hombre de Dios
sea perfecto,
enteramente preparado
para toda buena obra.”
2ª Timoteo 3:15-17
En “Impactos Históricos”, de este mismo menú, el lector tiene un resumen de toda la historia cristiana. Se trata de una presentación breve y amena, que en su conclusión señala además el camino de retorno al Manantial abierto.
Es un librito-e que abarca desde la destrucción del templo de Jerusalén en el año AD 70 hasta el Concilio Vaticano II de 1962.