La Rueda Cristiana

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La “RUEDA”

Cristiana.

La invención más famosa y más útil de todos los tiempos es la de “la rueda”, aunque no se sepa quien la inventó, ni cuando. Pero han sido “Los Navegantes”, organización evangélica internacional, que, según sepamos, ‘inventara’ la “rueda” cristiana. Con gratitud la acogemos, ya que nos ayuda a entender cosas de tremenda importancia. Muestra lo que es la vida cristocéntrica, es decir, muestra que la vida cristiana normal tiene un “eje”, que es Cristo. Un “cristiano” sin Cristo es tan incongruente como una rueda sin eje. Una rueda sin eje no es rueda, propiamente hablando. Tampoco un ‘cristiano’ sin Cristo es cristiano.

Aparte del eje, que es único, la rueda  necesita cuatro “rayos”, si ha de funcionar bien, no a medias. En Hechos 2:41-47 los “rayos” se mencionan en el siguiente orden. También tienen nombres:

1.     Biblia – Para el creyente en Cristo la Biblia es el tesoro más grande en la tierra. Un libro de muchas páginas, como millones de otros libros, y, sin embargo, totalmente distinto. En ella capta la voz de su Señor (Juan 10:3-5). Cuánto más lee y medita en ella y cuánto más la estudia con suma atención, tánto más llega a conocer y a amar a su Creador y Redentor, como también los planes que Dios tiene para su vida y para el mundo. Tanto más también la quiere compartir con los demás.

2.     Compañerismo – Aunque a veces el creyente esté aislado de otros creyentes por las circunstancias de la vida, siempre buscará reunirse con sus hermanos y hermanas en Cristo cada semana, varias veces si puede, sobre todo en el primer día de la semana, igual como lo hacían los primeros cristianos (Hebreos 10:24-25). Si lo hace con toda sencillez (en cualquier lugar conveniente), y en plena dependencia de su Señor, experimentará la realidad de Mateo 18:20. Está en su verdadera familia, donde todos aprenden a compartir todo.

3.     Oración – Lo más espiritual para el creyente es también lo más natural. Desde su “nuevo nacimiento” se comunica con su Señor continuamente, no “rezando” cosas aprendidas de memoria, sino abriéndole todo lo que hay en su corazón, sea contemplando, pidiendo, agradeciendo, alabando, intercediendo (Filipenses 4:6-7). Diariamente lo hace en privado,  y cuando esté reunido en “familia”.

4.     Testimonio – El hecho de que su vida fuera transformada en sentido positivo es un testimonio de tremendo valor en sí, es decir, testifica a los demás de lo grande del poder y del amor de Dios, quien interviene en una vida humana, disipando las tinieblas por su luz maravillosa (1 Pedro 2:9). Con su boca también testifica el creyente del cambio que tuvo lugar en él. Habla a grandes y pequeños, no de sí mismo, sino de su Señor y Salvador, quien puede hacer lo mismo por ellos (Lucas 8:39).

El auténtico cristiano, igual que la auténtica rueda, puede que funcione a las mil maravillas, o … puede que esté “tumbado” y “fuera de circulación” (Hechos  5:1-11). En este caso no responde a su razón de ser. Una rueda que no ruede ha dejado de tener sentido. Lo mismo el cristiano, que ha dejado de “funcionar”. Nos recuerda de lo que Jesús decía sobre “la sal” (Mateo 5:13).

Cuando un rayo se rompe, puede ser que la rueda siga funcionando, aunque sea con menos seguridad. El eje sigue intacto, pero con la ‘avería’ no puede ya mover la rueda como quisiera y quizás no llegue a donde quiere llegar … Cuando el segundo rayo se rompe, la rueda cojeará peligrosamente. No hay ya equilibrio y no tardará en romperse también el tercer rayo y quizás el cuarto. Allí se queda la rueda …

Bienaventurado el cristiano que tiene cuatro rayos fuertes, y que se dé cuenta que su “funcionalidad” depende de cada uno por igual. Al notar que uno de los cuatro ande mal, no pierde tiempo y lo repara en seguida. Sabe que el impacto de Cristo en este mundo tiene todo que ver con él y con sus cuatro “rayos”. A través de la Biblia Dios se comunica con él (2 Timoteo 3:15-17). A través de su testimonio Dios se comunica con el mundo (Juan 15:26, 27; Hechos 1:8). A través de la oración él se comunica con Dios (Salmo 32:6-7; Hechos 4:23-30; Hebreos 4:15-16); y, a través del compañerismo, él y sus hermanos se comunican entre todos, estando Jesús mismo en medio de ellos (Malaquías 4:16; Mateo 18:20; Hebreos 10:24-25). ¡Qué útil es la rueda bien mantenida! Llega lejos. Solo hay dos instrucciones imprescindibles para su buen mantenimiento.

1.  Una buena dosis diaria de TD (tiempo devocional), en que no solo se abre la Biblia, sino también el corazón, y de forma incondicional (Proverbios 8:34-35; Mateo 6:6-7; Lucas 24:32).

2.  La RT al señorío de Cristo (rendición total de uno – la que incluye la voluntad propia). Es igualmente diaria. (Lucas 9:23-24; Juan 12:24-26; Romanos 12:1-2).