1611 ~ Publicación de la Biblia Inglesa – “Versión Rey Jaime”

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1611 ~ Publicación de la Biblia

Inglesa – “Versión Rey Jaime”

inside5Al hablar de la versión inglesa más famosa de todos los tiempos, tenemos que reconocer que antes de su aparición hubo otras muy no­tables; por ejemplo, la de Juan Wycliffe, que apareció alrededor de 1380 (¡antes de los días de la imprenta!), y la del Nuevo Testamento de Guillermo Tyndale en 1526. Era Enrique VIII quien recompensara a Guillermo con estrangulación y hoguera en 1536; pero es Dios quien le tiene preparada una corona.

Amaneció otro siglo. El reinado próspero de Isabel I, la hija de Enrique VIII, estaba por tocar a su fin, pero… ella no tenía descendencia. ¿Qué hacer?

La hija de una prima de Isabel, María Estuardo, había sido reina (car) de Escocia, pero al estar implicada en intrigas de la corte escocesa, incluso en la causa de una guerra civil, María había tenido que abdicar a favor de su hijo Jaime (1566-1625). Se le permitió refugiarse en Inglaterra, pero no pudo resistir la tentación de participar en conspiraciones y conjuras contra la Reina Isabel. El resultado era que en 1587 Isabel hizo ejecutar a María. Ahora, en su lecho de muerte, a los 16 años de la ejecución, Isabel se acordaba del hijo de María, el Rey Jaime VI de Escocia. Convenientemente era ‘protestante’ e Isabel estipuló que él fuera su sucesor: Jaime I de Inglaterra.

impact4En 1603 Jaime, efectivamente, unía los tronos de Escocia e Inglaterra. Al comenzar su reinado en Londres se encontró inmediatamente con los “puritanos”, incluso en el mismo parlamento inglés. Eran creyentes que amaban la Biblia y anhelaban ver la Iglesia Anglicana transformada con una auténtica piedad y sin los ritualismos romanos. Bajo la presión de ellos, Jaime en el año siguiente convocó una conferencia, pero en ella se mostró intransigente. En otras palabras, los puritanos se vieron humillados y derrotados por su rey, que estaba encantado con dichos ritualismos. Sin embargo, en un punto, y era el de más importancia, los puritanos se vieron complacidos: Jaime accedió a su clamor por una traducción nueva de la Biblia, una que fuera aceptable para todos, útil tanto para leer en las iglesias, como para la devoción privada de cualquier súbdito u hogar.

gutEn 1607 quedó constituido un grupo de 54 eruditos traductores. Sus trabajos duraron cuatro años y dieron el fruto de la “King James Bible”. No solo traducían, también revisaban cuidadosamente las traducciones anteriores. La herencia de Tyndale en la nueva versión es más que notable, aunque hay expresiones de aquél, que ciertos eclesiásticos no querían perpetuar. Los dos ejemplos más llamativos son los siguientes. Tyndale traducía la palabra griega “ekklesia” (iglesia) por “congregation”, la que daba el justo sentido del original. Ellos preferían poner “church”, una traducción inexacta y muy desafortunada. Y, en lugar de usar la palabra inglesa para “amor” (love), usada por Tyndale, ellos usan “caridad” (charity).

Esta versión durante mucho tiempo contenía nada menos que 80 libros. Los catorce “apócrifos” fueron eliminados por fin en 1885, quedando los 66 de siempre. Desde la primera publicación de la “King James” han pasado casi cuatro siglos, pero, a pesar de las muchas versiones modernas que últimamente han aparecido, mantiene mucha popularidad en todo el mundo de habla inglesa. Su influencia sobre el mismo idioma ha sido, y es, incalculable.

También en el resto de Europa, en el mismo período, versiones comparables veían la luz. Algunos ejemplos: en 1534 ya había salido la alemana completa; en 1535 la francesa; en 1569 la española; y en 1637 saldría la holandesa, etc.

Como habíamos visto antes, en el Concilio de Trento Roma dejó bien claro que “La Vulgata” era la única versión válida. Las “biblias protestantes” eran “biblias herejes”. No debía despreciarse ninguna oportunidad para quemarlas. Pero Dios guiaba y protegía maravillosamente los esfuerzos para traducir e imprimir su Palabra en el idioma del hombre de la calle. Por otro lado, ¡cuántos distribuidores, y hasta lectores, pagaban con su vida! El caso de Julianillo es bien conocido. ¡Con qué valor este español diminuto las llevaba repetidamente a España de contrabando! Pagó luego con una muerte de tortura a las manos de los frailes.